El más reciente cálculo de la edad del Universo la sitúa en 13,800 millones de años (± 38 millones de años). Desde hace décadas han sido varias las galaxias candidatas a ser la más lejana y, por ende, la más antigua. Algunas marcan una edad de hasta 13,200 millones de años, es decir, galaxias formadas tan sólo 600 millones de años después de la Gran Explosión.
El brillo de estas agrupaciones de estrellas, nebulosas, polvo y gas es tan tenue que resulta muy complicado obtener más información, por ejemplo su composición química.
Una opción es escoger alguna candidata y brindarle un tiempo especial de observación con los telescopios más poderosos del mundo.
Y eso fue lo que hicieron astrónomos de la Universidad de Austin, en Texas.
Tras dos noches de observación con los telescopios gemelos Keck / 10 m de diámetro y su espectrógrafo Mosfire, instalados en lo alto del Mauna Kea, en Hawái, dieron a conocer al mundo entero que z8 GND 5296 es la galaxia más lejana detectada y confirmada con espectrógrafo; es decir, la galaxia corroborada más antigua en el Universo.
Su edad es de 13,000 millones de años, tiempo que ha tardado la luz de sus gigantescas estrellas azules en llegar hasta nuestros ojos (principalmente luz UV).
¿Cómo lo supimos?
El Universo está en continua expansión y esto lo sabemos gracias al astrónomo estadounidense Edwin Hubble, quien explicó en 1929 cómo es que los primeros objetos formados después de la Gran Explosión se alejan de nosotros a mayor
velocidad que los más cercanos.
Este fenómeno, conocido como corrimiento al rojo, explica por qué la luz de los objetos más lejanos (primeras estrellas y galaxias) la percibimos más rojizas de lo que en verdad emiten, y nos indica la velocidad y distancia á la que están de la Tierra otros cuerpos astronómicos.
Es el mismo fenómeno de la ambulancia. Cuando las ondas sonoras de la ambulancia se acercan a nosotros, éstas se comprimen, aumentando su frecuencia y por tanto suenan más agudas.
Cuando se alejan, las ondas se extienden y reducen su frecuencia, de modo que suenan más graves.
Lo que cambia es el nombre: para fenómenos astronómicos se llama corrimiento al rojo y para fenómenos sonoros se denomina efecto Doppler.
Cuando nos enfocamos en la parte del espectro de la luz visible, la que nuestros ojos pueden detectar, el color azul tiene la mayor frecuencia y el rojo la menor.
Es de este modo como parecen verse más rojizos los objetos en el Universo que se alejan de nosotros; o, como dicen los astrónomos se ven corridos al rojo.
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