En el año 2015, el profesor de Historia israelí Yuval Noah Harari fue noticia internacional por sus predicciones de que los humanos se convertirán en dioses cyborgs dentro de 200 años.
El profesor Harari argumenta que a medida en que la tecnología cyborg, como la manipulación biológica y la ingeniería genética, estén disponibles para los más ricos de la sociedad, la brecha entre ricos y pobres se ensanchara. Los pobres finalmente morirán, dejando a los ricos, cyborgs inmortales para heredar la Tierra.
Según Harari, la integración del hombre y la máquina va a marcar la mayor evolución en biología desde el surgimiento de la vida en la Tierra. Y el cambio ya ha comenzado.
En el año 2004, el artista Neil Harbisson se convirtió en el primer cyborg reconocido oficialmente de la humanidad. Su foto de pasaporte muestra su antena que está conectada permanentemente a él y fue aceptada por la Oficina de pasaportes Británicos.
Este artista nació con una rara forma de daltonismo que sólo le permite ver en escala de grises, Habisson se implanto quirúrgicamente una antena en el cráneo, que le permite “ver” frecuencias de color.
Este nuevo sentido le permite decirle los colores, mientras que la antena le permite a Habisson recibir llamadas telefónicas directamente a su cráneo. Pero ya en 1998, el profesor de Cibernética Kevin Warwick se implanto un dispositivo en el brazo que se conecta su sistema nervioso directamente en un ordenador, lo que le permite operar de forma remota las luces, los calentadores y las computadoras en su cercanía.
Mientras tanto, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa ha desarrollado un implante que permite a los pacientes de parálisis poder manipular un brazo robótico y una mano con sus mentes.
En los experimentos, los pacientes pueden controlar extremidades robóticas con su mente e incluso recibir información sensorial de las manos robóticas.
Futuristas, como el director de ingeniería de Google, Ray Kurzweil, creen que la humanidad se precipita hacia la singularidad: el caso hipotético que dará lugar a la inteligencia artificial, que supera con creces a la de la humanidad.
Sin embargo, Kurzweil cree que con el aumento de la inteligencia artificial, los humanos mismos podrían convertirse en cyborgs artificialmente inteligentes ya en el 2030.
Con el uso de nanobots, Kurzweil predice innovaciones tecnológicas que permitirán que cerebros humanos se conecten directamente a la nube, para almacenar recuerdos y ampliar la capacidad del cerebro de manera exponencial. Amal Graafstra, el CEO de las tiendas de biohacking, Mentes peligrosas, permite que los clientes se conviertan ellos mismos en cyborgs por tan poco como $ 40 dólares.
Varios miles de personas han comprado un dispositivo implantable de su tienda, la mejora de su cuerpo sirve para conectarse mejor con los dispositivos que les rodean.
Graafstra actualmente utiliza en sus manos implantes en lugar de sus contraseñas y claves, incluso aparejo su moto para que se encendiera con el toque de su mano. Graafstra argumenta que la evolución humana en cyborgs es inevitable, afirmando que : Hemos estado captando cosas como pedruscos y palos por eras que después usamos como herramientas. Eso es sólo una progresión natural de eso. Ahora mismo estamos poniendo nuestras herramientas en el interior de nuestros cuerpos.
A medida que nuestros dispositivos se convierten en una parte cada vez más integral de nuestras vidas, la humanidad gravitara hacia formas más naturales de interactuar con ellos.
El potencial del cuerpo para mejorar la tecnología cyborg ha llevado al Profesor Harari a especular que : en las próximas generaciones la humanidad se podría dividir en castas biológicas, con los seres humanos de la clase alta que podrá comprar capacidades mejoradas para ellos y sus hijos.
Estos súper-humanos mejorados pueden realmente ser más inteligente, más bravos y más creativos que todos los demás... actualizaran a sí mismos en una idea de un ser divino.
Si bien no hay cifras sólidas sobre el número de cyborgs que caminan actualmente entre nosotros, puede haber más de lo que parece.
Por ejemplo, en la actualidad alrededor de 30.000 personas que sufren de Parkinson tienen implantes en el cerebro para ayudar a tratar los síntomas de la enfermedad.
El desarrollo de los cyborgs está siendo adoptado por los militares, con el objetivo final de crear súper soldados. Sistemas de armas robóticas podrían combinarse con los seres humanos para mejorar los tiempos de reacción, precisión y fuerza.
Los proyectos actuales tienen como objetivo dotar a los soldados con exoesqueletos robóticos o cascos especiales, que permitan a los soldados controlar las armas con sus pensamientos.
Pero los críticos están preocupados de que la persecución de los militares de la inteligencia artificial podría tener resultados impredecibles. Y, con millones de dólares que se gastan para actualizar tecnológicamente la mente y el cuerpo de soldados individuales, han surgido preguntas sobre los peligros de la fusión de las personas con poderes tecnológicos letales, y la amenaza que representarían a las poblaciones civiles.
El profesor Harari predice que el extremo ritmo de la evolución de la biotecnología y la inteligencia artificial nos hará una de las últimas generaciones del Homo Sapiens. Pero
Paul Carter, que nació sin extremidades y usa múltiples prótesis, dice que convertirte en un cyborg no necesariamente le dará al instante a los humanos increíbles habilidades y talento subyacente y el mantener la forma física seguirá siendo necesaria para aprovechar al máximo las mejoras .
El científico Gabriel Licina está de acuerdo e insta a la gente a disipar el mito de que las mejoras tecnológicas harán automáticamente a la gente sobrehumana. Argumenta que el aumento debe verse menos como una solución que como una herramienta que se puede utilizar para construir nuevas opciones.
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