En esta lista daremos un vistazo a los más aterradores demonios que usan el sexo y la copula para lograr sus más terribles y macabros objetivos.
En el folclore judío, Lilu es un demonio conocido por visitar y someter a las mujeres mientras duermen, y temido porque en ocasiones también rapta a los niños de la casa.
Este folclore también ha desarrollado otros demonios, como Lilin, la contraparte femenina del Lilu, o Ardat Lili e Irdu Lili, cuya misión era fecundar a las mujeres mientras dormían, o ser fecundada por los hombres, respectivamente.
Esta familia de demonios procede de Lilith, que según la tradición, fue la primera amante de Adán en el Jardín del Edén aunque ésta se negaba a mantener relaciones sexuales con él.
Cuando Adán trató de violarla, Lilith pronunció el nombre de Yaveh, se elevó a los cielos, y se trasladó al Mar Rojo, hogar de demonios, en donde se convirtió en un súcubo que vampirizaba la sangre de los hombres mientras dormían en sus casas y robaba sus jugos más íntimos para procrear semidemonios que prosiguieran su legado.
En el folclore húngaro, el liderc es un demonio nacido del primer huevo de las gallinas negras.
Es tal su enraizamiento en la cultura de ese país, que la palabra pesadilla, en su idioma, proviene del nombre de este demonio.
El Liderc tiene grandes poderes paranormales, y se dice que es capaz de entrar a casa de sus víctimas a través de la cerradura, para una vez dentro, tomar la forma de un pariente fallecido de la víctima y entonces forzarla. Tras la violación no abandona la casa sin antes dejarla maldita.
Hoy en día en algunos lugares del país, todavía sellan y ocultan el primer huevo de las gallinas negras para evitar que surja de él un nuevo demonio, y es frecuente entregar huevos normales a los niños para que los pisoteen y así aprendan que son algo temible.
El trauco es un enano de pies grotescos que se dice reside en el archipiélago chileno de Chiloé, que se comunica con gruñidos, sexualmente potente, que viste con sombrero y capa, y que tiene el poder de paralizar a las mujeres con su mirada antes de poseerlas y fecundarlas, aunque otras leyendas cuentan que no necesita del acceso carnal, puesto que es capaz de fecundar a las mujeres elegidas con una simple mirada.
El trauco tiene una esposa, La Fiura, una enana grotesca, extremadamente fea pero irresistible para los hombres, con la capacidad de enfermar a quien rechazara sus insinuaciones sexuales y causando el mal de la locura a los que sucumben ante su encanto y yacen con ella.
El Alp, es un duende cambia formas del folclore alemán, que vive camuflado con forma de perro, gato o simple mariposa, entra en las casas por las noches, se sienta sobre el pecho de las damas mientras duermen, produciéndoles una extrema sensación de sofocación y falta de aliento.
Cuando están a punto de perecer por asfixia, el duende se convierte en una fina niebla que se introduce en su cuerpo a través de nariz boca y vagina, pasando desde entonces a controlar los sueños de la víctima provocándole horribles pesadillas de por vida.
Si eres hombre, tu suerte no será mucho mejor, puesto que las versiones femeninas del Alp, la mart, además de lo anterior, te vampirizaran la sangre a través de tus pezones.
El Popobawa, o ala de murciélago, es un demonio cambia formas que reside en el archipiélago de Zanzíbar y otras partes continentales de Tanzania, que puede adoptar indistintamente forma de persona o animal y mutar libremente entre ellas.
Su ansia sexual es imparable, y no discrimina entre hombres, mujeres y niños. Suele entrar a las casas por las noches, y a menudo, sodomiza a toda la familia antes de continuar sodomizando a los habitantes de otras casas del vecindario.
Si alguien habla de las prácticas a las que este demonio le sometió, el Popobawa volverá pronto a someter a los habitantes de su hogar de nuevo.
Es tan potente la creencia, que si eres sospechoso de sodomía, de asalto sexual o cualquier práctica sexual poco convencional, y alguien te asocia con este mito, tus familiares, amigos o testigos, te apalearían, matarían y pegarían fuego sin contemplaciones para librarse del demonio que adoptó tu forma, y ni siquiera la policía haría nada por evitarlo.
Y es que en África, hay cosas con las que no es conveniente jugar ni aunque vayas de visita.
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