La arqueología ha descubierto cosas brillantes sobre nuestro pasado, sin
embargo entre los enigmas y misterios que cubren nuestro mundo solo hemos arañado ligeramente el suelo.
La Tierra tiene muchos secretos, sin embargo de vez en cuando se hacen descubrimientos de primer
nivel y los cráneos que te presentaremos a continuación son la prueba.
Estos cráneos inusuales fueron desenterrados en una excavación de lo que
parece ser un túmulo funerario cerca del Condado Bradford, Pennsylvania a
principios del 1800.
Los 3 investigadores que supervisaban las excavaciones
quedaron perplejos cuando, en lugar de esqueletos de tribus americanas locales
del siglo XIII, el túmulo desvelo cráneos con aspectos de demonio.
Además de los cuernos en desarrollo de la frente, los esqueletos tenían otra
función interesante: median mas de tres metros de altura!
¿Podrían esos esqueletos ser los restos de una tribu de gigantes que
habitaron Norteamérica hace miles de años?
Algunos han tratado de enlazar este
descubrimiento a la misteriosa civilización constructora de montículos
gigantescos desde tiempos prehistóricos.
Estos montículos son una serie de
estructuras megalíticas que son atribuidas a esta civilización esquiva y algunos
investigadores apuntan hacia los gigantes o Nephilim.
Estos cráneos extrañamente formados infligieron un gran revuelo desde su
descubrimiento en 1928.
Los mas de trescientos cráneos se han fechado en más de 3.000 años antigüedad
y algunos investigadores consideran que este descubrimiento merece un oficio
dentro de los paradigmas antropológicos.
Mientras que muchas culturas practicaban la elongación de la cabeza con fines
religiosos, estos cráneos parecen tener una historia única.
¿Cómo podemos ofrecer una explicación para el hecho de que los cráneos de Paracas son un 25% más grande y 60% más pesados que los cráneos humanos
ordinarios?
En un intento de arrojar algo de luz en este enigma, un estudio de
evaluaciones de ADN fueron organizadas por el director del Museo de Paracas.
Las
muestras de los poros y fragmentos de piel, cabello, esmalte y huesos estos
fueron puestos a prueba en un laboratorio avanzado de genética para el análisis
y los resultados han sido fantásticos.
Porque parece, los cráneos pertenecían a un familiar totalmente alejado del
Homo sapiens. El ADN mitocondrial tiene mutaciones que no han sido observados en
otro pueblo o tribu del mundo.
Este cráneo fue descubierto en una mina cerca de Chihuahua, México, en los
años treinta.
Se mantuvo en el círculo de familiares del dueño de la mina y era
mostrado solo como simple curiosidad.
En 1999, Lloyd Pye paranormalista se les dio autorización para estudiar el
cráneo, alegando que este era la evidencia de cruce entre la gente y los
extraterrestres.
Pye llamó al cráneo, Starchild, creyendo que su madre había sido un hermoso
humano mientras que su padre se había originado en algún lugar entre las
estrellas.
El cráneo pertenecía a un chico de cinco años que murió cerca de mil años en
el pasado. Algunos investigadores informaron que el cráneo se deformo debido a
una condición llamada hidrocefalia pero Pye afirma que en evaluación ADN no
confirmó este sufrimiento en el pequeño.
El ADN también registro tantas diferencias genéticas entre el niño Starchild
y los humanos ordinarios que se toma en consideración que es una entidad
totalmente única. Su cavidad craneal es 30% mayor que el de un niño normal.
A pesar de ser más delgado, los huesos cráneo son verdaderamente más
potentes, debido a la presencia de fibras inusuales en parte de
su estructura, por cierto característica impresionante.
Esta fascinante reliquia fue descubierta dentro de las montañas Ródope en
Bulgaria por medio de un hombre que afirmó haber adquirido la ubicación del
mismo en un sueño, de acuerdo con su relato, 5 humanoides en trajes amarillos le
confirmaron el lugar donde debía cavar. Prestando atención a su llamada, la
persona observo este cráneo, enterrado junto a un objeto elíptico de acero.
El cráneo es tan pequeño como el de un bebé humano sin embargo suficiente
lleno de misterio. Es más delgado y más ligero que el hueso humano, con un peso
más práctico (250 gramos) y tiene seis cavidades, lo que indica una amplia
variedad poco común de ojos o de órganos sensoriales quizá exclusivos.
El director del Museo de Paleontología de Asenovgrad lo estudio y afirmó que
no se asemeja a nada de lo que ha visto nunca.
Las teorías sobre su apariencia tal vez sean de un experimento genético mal
logrado inesperadamente por alienígena pero parece que sólo nos quedaremos con
la especulación, porque el cráneo ha desaparecido.
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