Francis Collins, médico y químico, responsable del proyecto Genoma Humano, afirma que si los avances previstos de la revolución del genoma se hacen realidad, en las próximas décadas millones de personas alcanzarán los 100 años en buen estado
de salud y capaces de disfrutar una vida activa.
Esto se logrará al desarrollar tecnologías que puedan secuenciar el genoma de un solo individuo por mil dólares o menos, lo que permitirá a los proveedores de atención médica identificar decenas de errores genéticos que cada uno de nosotros tenemos en nuestro ADN, fallas que nos predisponen a ciertas enfermedades.
Al mismo tiempo será necesario desentrañar tas complejas interacciones entre los factores de riesgo genéticos y ambientales para determinar qué intervenciones
en el genoma tos pueden reducir.
Con esa información podremos desarrollar nuevos tratamientos, estrategias individualizadas para predecir y tratar las enfermedades y finalmente, prevenirlas.
Pero el desafío no se detiene ahí. La mirada está en averiguar las causas del envejecimiento.
La investigación genómica será la clave para descubrir la forma de reprogramar los mecanismos que controlan el equilibrio entre el crecimiento de las células que causan el cáncer y la muerte celular que conduce al envejecimiento.
Por si esto se resolviera, ocasionaría otro tipo de inconvenientes sociales y económicos, mismos que ya se pueden ver reflejados en la actualidad.
Una población que envejece tiene distintas necesidades y, dado que las familias cada día son mas reducidas, en el futuro habrá más ancianos, los gobiernos serán los encargados de soportar la carga económica de una población senil.
La demanda de geriatras y servicios de enfermería irá también en aumento.
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