Ian Pearson, futurólogo británico considerado creador de los SMS (mensajes de texto), opina que en 50 años la computadora personal habrá desaparecido tal como la conocemos.
El contenido de la pantalla podrá ser recibido directamente en las retinas gracias a un láser implantado en el ojo.
La capacidad de procesar de las computadoras estará en todos los objetos de nuestro alrededor.
La tecnología portátil podría aprovechar el calor corporal para cargarse, mientras que unos lentes de contacto inteligentes funcionarían como pantallas de televisión para aquellos que estén de viaje.
La capacidad y potencia de cómputo aumentarán exponencialmente: las consolas de videojuego modernas tienen 17 por ciento de la potencia del cerebro humano y es
previsible que una generación posterior sea tan poderosa como este órgano.
En 40 años existirán máquinas con sentimientos; será posible programarle a un
avión el 'miedo' a estrellarse, y así lograr que el aparato haga todo lo posible por
mantenerse a salvo en todo momento; los aviones se resistirán a sufrir un accidentes por puro miedo.
El siguiente gran paso en materia de cómputo será replicar la conciencia humana para conferir a las máquinas la capacidad de sentir.
En 2050 se podrá descargar toda la mente de una persona en una computadora, de
manera que la muerte sea un concepto radicalmente diferente.
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