Por razones más prácticas y funcionales que misteriosas.
Cuando una mujer va al baño, por lo general no sólo se hará cargo de sus necesidades, sino de lo visual, retocar el lápiz labial después de la comida, colocar un poco de fijador en el cabello o disimular las ojeras con un corrector.
La presencia de una o más amigas sirve para dar el veredicto final, para confirmar que realmente tiene todo en el lugar correcto.
Además, el baño fue elegido como un foro privilegiado para los verdaderos montajes femeninos o para una buena sesión de chismes.
Para las mujeres, que tienden a tener una relación más suave con la intimidad que los hombres, el baño es un lugar como ningún otro.
Además, el baño de las mujeres, a diferencia del de los hombres, favorece la conversación de grupo ya que hay una explosión de necesidades y el resto del espacio puede ser utilizado libremente en animados debates sobre diversos temas.
"El asunto depende en gran medida del contexto. En el trabajo, por ejemplo, el cuarto de baño se puede utilizar para hablar mal del jefe. Pero también puede servir como un lugar para despotricar, así que se ve a menudo mujeres llorando en el baño", dice la socióloga Ella Shohat de la Universidad de Nueva York, en los Estados Unidos y activista feminista.
En los baños de los hombres también se pueden presentar los grupos, por ejemplo, un grupo de amigos que juegan al fútbol, pero es muy raro.
En el baño a los hombres por lo general no les gusta compartir intimidades, prefieren ser más pragmáticos y se limitan a las necesidades.
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