La cruda o resaca da por deshidratación.
Si excedemos la cantidad de alcohol que nuestro hígado puede procesar, el resultado será dolor de cabeza, cansancio y un malestar generalizado llamado resaca.
Entre los factores que provocan esta deshidratación está orinar más, debido a que el alcohol suele ser diurético.
Otro es porque cambia el metabolismo del hígado, ya que utiliza más agua de la normal para desechar el alcohol y finalmente, la calidad de alcohol.
En el caso de los vinos, los taninos son los que ocasionan esa sensación.
Cuando se excede en la ingesta de estas sustancias, además de la deshidratación se sufre un fuerte dolor de cabeza, ya que los taninos tienen un efecto vasoconstrictor, es decir, hace que se estrechen los vasos y eso disminuye el flujo sanguíneo.
Bebidas como el ron blanco, el tequila o algún brandy, sobre todo si no son de buena calidad, pueden contener cantidades mínimas de diversos alcoholes que al cuerpo le cuesta más trabajo procesar.
Para evitar la presencia de estos alcoholes, algunos whiskys o brandis se destilan varias veces, esto suaviza el alcohol y el hígado lo maneja mejor.
No es casualidad que en la fabricación de los licores reposados se utilice una barrica de roble blanco.
Se ha comprobado que este árbol tiene propiedades benéficas para el hígado; de hecho, los indios americanos lo molían, fabricaban té y lo empleaban para curar algunas dolencias.
El roble blanco actúa como un astringente y disminuye la irritación gastrointestinal, por lo que cuando tomas un licor destilado cuidas tu hígado y alejas la resaca.
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