Los viajes interestelares son uno de los retos más complicados de sortear para los ingenieros de la NASA, quienes creen que algún día el ser humano podrá viajar a través del espacio de manera tan cotidiana como lo muestra la ciencia ficción.
Pero antes, es necesario arreglar varios problemas. Por ejemplo, encontrar un adecuado sistema de propulsión interestelar.
Para ello, el experto del Centro de Investigación Glenn de la NASA y gestor del Proyecto de Innovaciones en la Física de Propulsión, Marc Mills, el mayor desafío es descubrir un método para superar la velocidad de la luz, y por ende, nuevas maneras de impulsar una nave.
En la actualidad enviar una nave a nuestra estrella más próxima, a 4.2 años luz de distancia, llevaría unos 80,000 años, por lo que es necesario reducir este tiempo.
En las décadas de 1950 y 1960 el llamado Proyecto Orión propuso utilizar bombas nucleares para impulsar sondas pequeñas a otras estrellas, pero debido a la prohibición de las pruebas nucleares fue abortado; en otro proyecto, Bussard Ramjet, sugería que en lugar de llevar el combustible que se necesitara para el viaje, éste se produjera sobre la marcha con la ayuda de un reactor estelar que fusionara protones obtenidos del espacio.
Otra propuesta es la del físico mexicano Miguel Alcubierre y su velocidad warp (o de empuje de curvatura), según la cual de manera teórica el dispositivo sería capaz de distorsionar el espacio-tiempo a su alrededor, comprimiéndolo al frente y expandiéndolo hacia atrás, mientras se desplaza por el espacio.
Esto permitiría que la nave viajara más rápido que la luz, pero sin quebrantar las leyes de la física.
Fuente de la imagen : Avatar / FOX
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