Situada en la ribera norte del río Támesis, la Torre de Londres no es una torre en sí, sino un castillo histórico fundado alrededor del año 1066 como parte de la conquista normanda de Inglaterra.
En el conjunto de edificios sobresale la llamada Torre Blanca, que se convirtió en símbolo de la opresión ejercida por los invasores sobre los ingleses.
A lo largo de los siglos y hasta la fecha ha tenido diversos usos como edificio público; ha sido, por ejemplo, sede de la Casa de Moneda y depósito de las joyas de la Corona.
También funcionó como prisión en tiempos de crisis política, y de esta época derivan muchas de sus historias sobrenaturales.
En el siglo XV desaparecieron ahí los pequeños príncipes Eduardo V y Ricardo, duque de York, presuntamente asesinados por instrucciones del duque de Gloucestershire, quien sería coronado como Ricardo III.
En los siglos XVI y XVII en sus celdas también estuvieron presos otros personajes, entre ellos la futura reina Isabel I; algunos fueron ejecutados en el sitio, como el religioso Tomás Moro, las mujeres de Enrique VIII Ana Bolena y Catalina Howard, y Jane Grey, quien en
1553 fuera reina de Inglaterra durante nueve días.
Se dice que la Torre es escenario de apariciones fantasmales y de otros hechos difíciles de explicar.
Ya en el siglo XV los guardias aseguraban haber visto a los fantasmas de los niños sacrificados por Ricardo III, aunque no hay evidencias de que hayan muerto allí. La aparición
más común, sin embargo, es la de Ana Bolena, cerca del lugar de su ejecución, acompañada por una corte fantasmal.
Otros espectros frecuentes son el de sir Walter Raleigh, quien fue ejecutado en el lugar por órdenes del rey Jacobo I, y el de la condesa de Salisbury, otra víctima de Enrique VIII.
La Torre albergó además el zoológico real (en 1815 uno de los guardias vio el fantasma de un oso y falleció por la impresión).
Por la misma época Edmund Lenthal Swift, guardián de las Joyas de la Corona, observó un tubo de cristal lleno de un fluido denso de color blanco y azul pálido que flotaba entre la mesa y el techo de la llamada Torre Martin, y tras seguir una trayectoria errática se desvaneció.
Se han reportado otras visiones inquietantes, como la de una mujer sin rostro y carrozas funerarias.
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