Edgar Cayce nació en una granja de Kentucky, Estados Unidos, en 1877.
Se hizo muy famoso en los años treinta y cuarenta porque, sumido en un estado de trance similar al sueño, era capaz de profetizar. Se le conocía como el profeta durmiente.
Cayce afirmaba poder ver en el trance, las enfermedades de una persona, y estas visiones le permitían formular un diagnóstico y una cura.
Por estas consultas no cobraba pero, como todos los médiums y adivinos, aceptaba todo tipo de donativos.
Gracias a estos donativos que la gente le ofrecía pudo permitirse abrir un hospital, que permaneció abierto poco más de dos años, y un avanzado centro de estudios metafísicos, que duró menos de un año.
¿Qué sucedía cuando entraba en trance? Cayce no se limitaba a curar las enfermedades de sus clientes, era capaz de ver sus vidas anteriores, que podían ir desde un soldado troyano a un discípulo de Cristo y a un ángel que estaba en la Tierra antes de Adán y Eva.
Cayce siempre hablaba de sus vidas anteriores en positivo, sin encontrar nunca ninguna sombra.
Las primeras lecturas y el ángel
Su primer paciente fue él mismo. En cierta ocasión, le golpearon con una pelota de béisbol y cuando le llevaron a casa, en estado de semiinconsciencia dio a su madre todas las instrucciones necesarias para preparar un remedio que lo curase.
Se curaba con la auto hipnosis y ordenaba a su propio organismo que restableciese las funciones orgánicas bloqueadas por la enfermedad.
Curó de tuberculosis y hemorragias a muchas personas que confiaban y se dirigieron a él.
En una ocasión, parece ser que devolvió la vista a su hijo, perdida en una accidente.
¿Cómo se inició esta particular serie de curaciones misteriosas?
Según algunos testimonios hubo un hecho que marcó de por vida a Cayce: a la edad de 13 años, se le apareció un ser angelical que le preguntó qué desearía por encima de todas las cosas.
Cayce respondió que ayudar a los demás, en especial a los niños enfermos.
Las primeras curaciones
Una de las primeras curas que realizó fue a una niña de 5 años. El cerebro de
Aime Dietrich después de una gripe, había dejado de desarrollarse y esto, le provocaba frecuentes convulsiones.
Los médicos consultados no habían llegado a ninguna solución.
Cayce en estado de trance, declaró que el problema era anterior a la gripe y se debía a una caída.
Prescribió ciertas terapias que lograron un resultado increíble: la niña se curó.
Obviamente. Cayce fue muy criticado por la medicina denominada oficial. Pero, aun así a lo largo de su vida, realizó más de nueve mil “lecturas”, que actualmente se conservan documentadas en Virginia, en dos asociaciones de seguidores suyos.
Cayce murió el 3 de enero de 1945.
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