La historia de Vlad III Príncipe de Valaquia / Grandes enigmas y misterios del mundo

lunes, febrero 04, 2013

La historia de Vlad III Príncipe de Valaquia

001El nombre real (o mejor dicho el so­brenombre) del príncipe de la Valaquia no era Drácula (adaptación del ru­mano) como erróneamente se piensa, sino Draculea. De origen latino, este sobre­nombre se compone del ambiguo sustan­tivo drac, que significa dragón o diablo .

Pero ¿cuál es la historia real del príncipe Vlad?

El 8 de febrero de 1451 en Núremberg el emperador Segismundo de Luxemburgo 
con­cedió el gobierno de la Valaquia a Vlad II uno de sus más fieles y valerosos seguidores.

Para confirmar esta investidura, entregó a su protegido un medallón dorado con un dragón grabado, el sello de los caballeros de la Or­den del Dragón al servido del emperador Segismundo.

El medallón re­presentaba el símbolo de la victoria de Cristo sobre las fuerzas del mal y quien lo llevase no podría separarse de él mientras estuviese vivo.

Vlad el Dragón.

A la espera de la coronación Vlad se tras­ladó a Transilvania donde hizo construir dos cecas.

Para las primeras acuñaciones utilizó su emblema, el dragón, motivo por el cual el pueblo rumano le asignó el so­brenombre de Dracul apelativo que se convirtió en un apellido real para sus des­cendientes entre ellos, su segundo hijo Vlad o Drácula. nacido en diciembre de 1431.

Vlad III siguiendo los pasos de su pa­dre se hizo también caballero de la Orden del Dragón.

Además de un valiente sol­dado. se convirtió en un hábil político que adoptó como lema el principio de que reza  (para un príncipe es mejor ser temido que amado).

Poco después de la muerte de su padre Vlad III fue hecho prisionero por los tur­cos sirvió como oficial en su ejército y de ellos, aprendió técnicas de tortura.

Consi­guió huir pronto gracias a la ayuda de un tío suyo, un noble rumano con cuya hija se casó poco después.

Tras varios intentos, logró subir al trono de Valaquia el 22 de agosto de 1456 con tan solo 25 años de edad. El comienzo de su reinado se caracterizó por el paso de un cometa sobre Europa, lo cual significaba para muchos un mal presagio.

Vlad reor­ganizó el estado reformando varias leyes e introduciendo la pena capital por empalamiento para todos sus enemigos.

Combatió con increíble ferocidad con­tra el ejército turco utilizando las mismas técnicas de tortura que había aprendido de ellos. Esto le valió el apodo de Vlad Te­pes es decir Vlad  el empalador .

En el transcurso de una batalla fue he­cho prisionero, pero, tras diez años, re­gresó al trono en 1476 y retomó su feroz lucha contra los otomanos.

Hacia finales de ese mismo año fue asesinado por Laiota Basarab quien le sucedió en el trono.

Una de las más bellas descripciones de Vlad es la escrita por el papa Pío 11 contemporáneo suyo, quien ensalzó su gran­deza y orgullo.

Dracula El Vampiro

Pero el mito de Drácula está irremediable­mente ligado a su figura de vampiro. ¿Qué hizo un príncipe caudillo para transfor­marse en criatura de la noche sedienta de sangre?

En el monas­terio Kiriüobieloserskij se encontró un manuscrito redactado por un monje ruso que firmaba como Efrosin. Compuesta por capítulos independientes, la obra con­tiene anécdotas protagonizadas por Vlad III.

En uno de estos episodios se cuenta como al príncipe de la Valaquia le gustaba comer bajo los cadáveres de sus enemigos que empalados en gran nú­mero rodeaban su mesa.

Para constatar su resolución y ferocidad, basta con pensar en el episodio en el que un sirviente suyo, al no poder so­portar el hedor de los cadá­veres alrededor del banquete, se tapó la nariz y giró la ca­beza hacia otro lado.

Enton­ces Drácula lo hizo empalar y espetó allí arriba el hedor no te llegará .

En relatos como este y en las leyendas que fueron surgiendo en el transcurso de los siglos en torno al nombre del príncipe Vlad además de en una buena dosis de superstición popular encontró su inspiración el escritor Abraham Bram Stoker para realizar su obra maestra: la novela Drácula.

El libro se imprimió en 1897 y desde entonces, la figura de Drácula asumió las características con las que hoy se le conoce, nacido de la pluma del nove­lista era descrito como un viejo de alta es­tatura según la descripción de Stoker. Drácula te­nia pelos en las manos y largas, estrechas y afiladas uñas.

Podía transformarse en murciélago o desaparecer en la niebla a su antojo.

Su punto débil eran los símbolos sagrados, cristianos y paganos, como el agua bendita, el ajo o las cruces.

Muy pronto el cine también se interesó por este terrible y fascinante personaje. Drácula fue retratado en muchas películas que lo hicieron protagonista en distintas versio­nes. Cada Drácula era distinto del anterior.

Cada uno presentaba características físi­cas y vampíricas propias.

Pero el actor que ha quedado ligado, irremediablemente, a la imagen del papel del príncipe de las ti­nieblas ha sido, sin duda. Bela Lugosi es­trella del cine de terror de los años treinta que con su aspecto elegante y aristocrá­tico parecía bien lejano al monstruo pe­ludo de orejas puntiagudas que describió Stoker.

No hay comentarios.

Publicar un comentario

Síguenos en Twitter

© Grandes enigmas y misterios del mundo
Maira Gall