sábado, diciembre 18, 2010
Descubren nueva especie el oso pizzly
La pérdida del hielo a lo largo del Polo Norte está fomentando la formación de híbridos que podrían sustituir a muchas especies que se encuentran en riesgo de extinción, consideran Brendan Kelly, Andrew Whiteley y David Tallmon, en la revista Nature.
Los especialistas identificaron al menos 22 especies de mamíferos marinos en riesgo de hibridización, 14 de las cuales están listadas, o son candidatos para el listado, como en peligro, en riesgo o de preocupación especial por una o varias naciones.
Kelly y Tallmon hacen un llamado a crear un programa para monitorear qué tantas hibridaciones se producen, de tal suerte que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza pueda desarrollar mejores programas de protección.
Muchas híbridos en el Ártico ya se han visto. En 2006, cazadores en el Ártico le dispararon a una mezcla entre oso polar y oso grizzly (blanco con manchas cafés), el cual los medios de comunicación rápidamente bautizaron como "pizzly".
Pruebas de ADN confirmaron lo que muchos sospecharon: se trataba de un híbrido de un oso polar un un grizzly. Se trata de algo que los biólogos esperaban y teorizaban, pero que no creían se pudiera dar en la naturaleza. En 2010, otro híbrido fue asesinado por un cazador en el Ártico Canadiense. Esta vez, el animal era una cruza de segunda generación, su madre era un híbrido y su padre un grizzly. Más casos podrían existir, lo cual ya no sorprendería a los biólogos.
Anteriormente, en 1980 fue encontrado el cráneo de una ballena que mostraba ser una mezcla con una beluga con narval en Groenlandia; en 2009, un aparente híbrido de ballena franca y de Groenlandia fue fotografía en el Mar de Bering. Además de que es conocida la hibridación entre las focas y las marsopas.
Existen predicciones de que el océano Ártico estará libre de hielo durante el verano en el próximo siglo. Los osos polares podrían pasar más tiempo en convivencia con los osos grizzly compartiendo territorio.
Por otra parte, las focas y ballenas que actualmente viven en diferentes océanos, separados por el hielo, podrían compartir espacio. Las poblaciones que ahora están aisladas podrían estar en contacto y conocerse, y, en algunos casos como en las ballenas francas del Pacífico Norte, podrían derivar a la extinción.
"La rápida desaparición del nivel del mar deja poco tiempo para perder", añaden los autores.
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