En la película de ciencia ficción “Prometeo” , los ingenieros, también llamados Pilotos, o Jinetes del espacio, son una antigua especie extraterrestre de origen desconocido.
Poseen algunas de las tecnologías más avanzadas en toda la galaxia, con especial énfasis en sus habilidades en ingeniería genética.
A ellos se les atribuye la creación de la humanidad, se cree que los ingenieros han sido creadores benéficos que navegaron entre las estrellas, “Terraformando” cuerpos celestes primordiales y sembrándolos con los fundamentos de la vida biológica.
Como tales, son venerados por algunos como dioses por las especies que han creado.
Y esto podría no tener tanto de ficción…
Sir Alfred Hoyle, uno de los grandes astrofísicos de todos los tiempos, lo dice en su libro El Universo Inteligente :
“Los evolucionistas confiesan que la probabilidad de que los átomos y las moléculas apropiadas se juntaran debidamente para formar tan solo una molécula proteínica sencilla es de una entre 10 a la 113 (de diez seguido de 113 ceros).
Los matemáticos consideran que cualquier suceso que tenga una probabilidad de ocurrir menor de 1 entre 1050 nunca sucede. Además, para la vida se necesita más que una simple molécula de proteína.
Tan sólo para que una célula se mantenga activa son necesarias 2,000 diferentes proteínas, y la probabilidad de que todas ellas se presenten al azar es de sólo una entre 1 040 000. Este cálculo desestima la afirmación de la creación espontánea”.
Sir Alfred Hoyle defiende su tesis mediante una metáfora muy descriptiva: “La posibilidad de que los aminoácidos de una célula humana se puedan unir al azar es matemáticamente absurda. La falta de credibilidad de la casualidad es matemáticamente demostrable con esta analogía: ¿Cuáles son las posibilidades de que un tornado pase por un montón de basura que incluya todas las partes de un avión, provoque que accidentalmente se junten y formen otro avión listo para despegar?
Esto significa que no es posible que la célula pase a existir por medio de coincidencias y por tanto, tiene que haber sido creada… La vida no puede haberse producido por casualidad. Hay una Inteligencia co-existente con el universo, y esa Inteligencia y el universo se necesitan mutuamente”
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