El desperdicio de plástico en los océanos del mundo está creciendo a un ritmo sin precedentes.
Los organismos marinos no deberían estar en peligro, sobre todo porque la construcción no requiere redes. La plataforma de 400 metros de largo con su forma bulbosa se proyecta 15 metros fuera del agua y recorre 35 metros por debajo de la superficie.
Hansch eligió esta profundidad porque las piezas de plástico pueden alcanzar hasta 30 metros por debajo de la superficie del agua.
Dado que los residuos de plástico recogidos ya no se pueden reciclar después de la reacción química con el agua de mar, estos desechos se convertirán en dióxido de carbono e hidrógeno.
El hidrógeno suministrará las células de combustible de la planta, y el dióxido de carbono podría usarse para cultivar algas a partir de las cuales se puede producir plástico biodegradable.
Una solución innovadora como la de los ingenieros alemanes parece urgentemente necesaria para el problema de los desechos en los océanos.
Solo en 2015, se produjeron 322 millones de toneladas de plástico en todo el mundo. Según la arquitecta, trece millones de toneladas alcanzan los océanos cada año. De acuerdo con esto, los investigadores afirman que tres toneladas de peces morirán por cada tonelada de plástico en los océanos en 2025.
Junto con alrededor de 35 voluntarios, Hansch está avanzando en su proyecto junto con su profesión de arquitecto a tiempo completo.
Se necesita mucha investigación antes de poder implementar el modelo. Eso es costoso, por lo tanto, Hansch está buscando socios de cooperación y donantes. En cinco años espera poder construir el primer prototipo.
Hansch todavía no puede estimar cuántas de sus plataformas serían necesarias para limpiar todo el mar.
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