En lo profundo de una región de desierto árido de México se encuentra una zona poco conocida que aparentemente desafía la física del sonido.
La zona del silencio hace que sea casi imposible recibir señales de la radio, la televisión, los teléfonos móviles o cualquier otro tipo de transmisiones relacionadas con el sonido.
Muy altos niveles de magnetita y uranio están presentes en la zona, lo que podría crear suficientes pulsos electromagnéticos para interferir con las señales de radio.
La región también ha recibido un nivel inusualmente alto de la actividad de meteoritos durante miles de años.
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