Pasar una noche en un cuarto de hotel histórico donde cuentan leyendas de miedo, debe ser muy “divertido”
Pero en realidad existen hoteles menos históricos que en realidad si tienen una historia maldita y en los que pensarías mas de dos veces pasar la noche…
HOTEL CRESCENT, Estados Unidos
Situado en Eureka Springs, en West Mountain, Arkansas, fue construido a mediados del XIX.
En 2002 se terminó la última rehabilitación. De este modo, y casi un siglo y medio
después el Hotel Crescent abría de nuevo sus puertas, con tranquilidad... O así debería de haber sido, de no ser porque empezaron a ocurrir sucesos extraños protagonizados por el fantasma de Michael, un albañil que falleció al caer de la
techumbre.
Por eso, cuando las luces comienzan a encenderse solas; cuando las contraventanas se balancean violentamente; también los televisores se encienden y apagan sin motivo aparente, se habla del fantasma de Michael.
GRAN HOTEL VIENA, Argentina
Hace das años, el diario La Voz de Argentina, publicó esta información, que no deja de ser una confirmación más de que lugares encantados en el mundo los hay; pero que eso no es óbice para que, además, tengan encanto.
Decía así: “La habitación 106 tiene una vieja cama en el centro. La ventana entreabierta deja sentir el viento que llega desde la laguna Mar Chiquita.
Está atardeciendo. La luz tenue se filtra por las rotas persianas, agrega más tensión a la escena y torna más lúgubre al Hotel Viena, o lo que queda de él, en Mira mar”.
Asegura Patricia Zarate, guía local, que “en la habitación 106, en el primer piso, (...) divisaron una figura que creyeron sería de una niña.
Otras personas dijeron haber visto allí a una persona de edad, a la que reconocen como al que fue jefe de Seguridad del hotel: se trata de Martín Kruegger. Kruegger murió misteriosamente: otra leyenda señala que envenenado”.
Apetecible, ¿verdad?
OMNI SHOREHAM, Estados Unidos
Es uno de los edificios más señoriales de Washington D.C. Se terminó de construir en 1930, según los dictados del arquitecto Waddy Wood, que fue quien le otorgó la monumentalidad que hoy día mantiene.
Pero si es célebre es por su habitación 801. Cuentan que en esta lujosa estancia falleció una señora del servicio del hotel, que empezó a notar síntomas de asfixia, y cuando quiso pedir ayuda ya fue demasiado tarde.
Y fue, además, a las cuatro de la madrugada, hora a la que muchos huéspedes aseguran escuchar el chirriar de las ruedas de un carrito que se detienen delante de la puerta de la 801.
Instantes después se aprecian los pasos cansados de alguien que avanza despacio por el pasillo.
Y cuando algún valiente se ha asomado, el pasillo, como ya te habrás imaginado, estaba vacío.
HOTEL ANCHORAGE, Estados Unidos
El hotel abrió sus puertas en el año 1916, en la bahía de Anchorage, y apenas cinco años después ya acogió un suceso luctuoso cuyos ecos, como en tanto otros lugares, ha perdurado hasta el día de hoy.
Fue un 20 de febrero de 1921, a eso de las nueve de la noche, cuando se desencadenó la tragedia; tragedia que dicho sea de paso nadie ha explicado demasiado bien, más allá de que John J. Sturges, el que fuera primer Jefe de Policía de la ciudad, apareció muerto en una de las estancias del hotel.
Desde entonces, en la fecha del aniversario y a la misma hora, dicen que se aparece entre las habitaciones 215 y 217, que son las que mayor número de experiencias paranormales atesoran.
Cariñosamente los trabajadores lo conocen como Black Jack; los testigos simplemente lo han bautizado de mil y una formas, dependiendo del grado de terror que despertase en ellos.
Pero no es el único. Ni los únicos fenómenos. En las citadas estancias es habitual que las luces se apaguen y enciendan solas, que el agua de los baños se abra de repente sin que nadie maneje los grifos, y en el extremo de las escenas más delirantes y espantosas, los testigos aseguran haber visto el espectro de una novia que, y esto es real, decidió quitarse la vida en una de dichas estancias colgándose de una viga el día anterior a su propia boda...
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