En 2012 investigadores del Detroit Medical Center, en Michigan, EUA, descubrieron que las tiras de tocino o panceta salado tenían la capacidad de detener hemorragias nasales persistentes.
Para controlar el sangrado de una niña de cuatro años con trombastenia de Glanzmann (trastorno en el que las plaquetas son incapaces de coagular), tras intentar todo tipo de medidas, incluso cirugía e inyección de proteínas, los médicos decidieron utilizar este remedio casero.
Aunque se desconoce a cabalidad qué hace que el tocino detenga el flujo de sangre,
se cree que la grasa de cerdo salada extrae la humedad de las fosas nasales, haciendo que se hinchen y se cierren los vasos sanguíneos rotos.
Con este descubrimiento el equipo, en el que también colaboraron otorrinolaringólogos de la Universidad de Standford, se llevó el Ig Nobel de Medicina 2014.
En el pasado los hospitales infantiles contaban con este ingrediente para tratar a pacientes de leucemia o hemofilia, aunque se recomienda no utilizarlo en casa
pues las bacterias que el tocino puede contener podrían ingresar en la corriente sanguínea.
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