Zeus debió vencer a su padre Crono para poder llegar a reinar sobre los dioses, éste había hecho lo mismo con el suyo, Urano.
Crono es uno de los dioses preolímpicos generación anterior a los dioses del Olimpo, y el hijo menor de Urano y de Gea, las personificaciones del cielo y de la tierra.
Tuvo muchos hermanos, entre ellos los tres hecatonquiros, los monstruos de cien manos y cincuenta cabezas a los que su padre había apresado y encerrado en un lugar secreto.
El dolor que esto provocaba en su madre, Gea, hizo que Urano se rebelara contra su padre y lo derrotara en solitario, ya que ni los titanes ni los cíclopes, hermanos suyos, quisieron ayudarle.
Su madre, en agradecimiento, decidió que Crono debía convertirse en el regidor del universo, por lo que suplicó a su primogénito Titán que cediera su lugar a su hermano.
Titán accedió pero con la condición de que Crono matase a su propia descendencia para que un día Titán volviese a reinar.
Como imagen o símbolo del tiempo aparece frecuentemente representado como un viejo, triste y abatido que puede portar diferentes instrumentos, desde un reloj de arena hasta una hoz, como símbolo de que el tiempo lo destruye todo.
Su imagen más famosa es devorando a sus hijos, lo que se significa que el tiempo arrasa con todo.
Crono y su esposa-hermana Rea se convirtieron en los padres de muchos de los dioses olímpicos, Poseidón, Hades, Hera, Zeus y Deméter, y terminó siendo expulsado del Olimpo por uno de ellos, Zeus.
Cuando Zeus lo desterró de la morada de los dioses, Crono vagó por el mundo hasta recibir el cobijo de Jano, un rey de la zona del Lacio, que decidió acoger al dios expulsado a cambio de que su pueblo recibiera las enseñanzas del anciano.
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