Durante cientos de años, el árbol del Teneré, ubicado en el desierto del Sahara fue considerado el árbol más aislado del mundo y fue venerado como algo sagrado.
Estaba solo entre kilómetros y kilómetros de arena, el árbol más cercano se encontraba a 400 kilómetros de distancia.
Pero de alguna manera, a pesar de todo ese espacio abierto, en el año 1973 un camionero ebrio atropelló y mató el árbol.
La región del noreste de Ténéré en Níger fue alguna vez una extensión de exuberante follaje.
Así que cuando el árbol del Teneré nació hace más de 300 años, no tenia ninguna distinción en especial.
Pero el creciente e implacable desierto del Sahara empezaba a avanzar hacia la región y el Ténéré se hizo más seco.
Los depósitos de agua bajo la superficie se alejaban y sólo los árboles con las raíces más largas fueron capaces de sobrevivir.
Sin embargo, el árbol del Teneré una acacia, creció bastante grande, con raíces que llegaban a más de 30 metros de profundidad en el suelo.
Como el clima desértico se recrudeció, el número de árboles disminuyo con bastante rapidez.
A principios del siglo 20, algunas otras acacias habían logrado hundir sus raíces lo suficiente para alcanzar el agua.
Pero pronto, sólo el árbol del Teneré tuvo suficientes raíces para beber del agua distante.
El resto de la vegetación desapareció y el árbol se levantó en la inmensidad y la soledad del desierto, el siguiente árbol se encontraba a 400 kilómetros de distancia.
Con los años, las caravanas se topaban con el árbol que parecía imposible.
Se maravillaron de él, y lo santificaron, como un árbol milagroso de Dios.
Poco después, unos viajeros más racionales se dieron cuenta de que la existencia del árbol debía atribuirse no a un milagro, sino a agua que se encontraba a gran profundidad.
Y así, los franceses (que tenían el control de la zona en el momento) se encargaron de la construcción de un pozo cercano para el uso de su ejército.
Como el único marcador visible en todo el paisaje, el árbol y su acompañante se convirtieron en ubicación y aprovisionamiento esencial para los viajeros.
Fue presentado como uno de los dos árboles (el otro es el Arbre Perdu o " Árbol Perdido" al norte) en un mapa a una escala de 1:4.000.000.
Cuando Michel Lesourd del Servicio central de Asuntos del Sahara contemplo el árbol en 1939, comentó : Hay que ver el árbol para creer en su existencia . ¿Cuál es su secreto? ¿Cómo puede aún estar viviendo a pesar de la multitud de camellos que pisotean a los lados ?
La Acacia se convirtió en un faro viviente, el árbol continuó sirviendo a comerciantes y peregrinos como guía y sustento.
Sin embargo, como la sociedad rápidamente se mecanizo, los camiones remplazaron a los camellos, el árbol del Teneré se convirtió más en una parada turística que en algo esencial.
En un fatídico día de 1973, un camionero libio, viajaba por un camino relativamente sencillo hasta que se salió de la carretera improvisada, se estrelló contra el árbol de Teneré y lo arranco desde sus raíces.
El árbol de Teneré era literalmente, el único objeto en pie en cientos de kilómetros en cualquier dirección y este tipo tuvo la mala suerte de arrancarlo.
El 8 de noviembre de 1973, el árbol muerto fue trasladado al Museo Nacional de Níger en la capital Niamey.
Más tarde ese mismo año, un artista anónimo erigió un monumento para conmemorar la existencia del árbol.
Fabricado con tubos reciclados, barriles de petróleo y auto partes desechadas, que tal vez simboliza la destrucción del mundo natural por medio de una sociedad mecanizada.
En cualquier caso, sirve como un recordatorio del legendario árbol del Teneré cuya majestuosas extremidades asombraron y confortaron a los viajeros por muchos años.
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