Los Jardines Colgantes de Babilonia, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, no estaban en Babilonia, se ubicaban a 300 kilómetros al norte en Nínive, mayor rival de Babilonia, según un historiador líder con sede en Oxford.
Por centenares de años, la construcción de los Jardines Colgantes, un paraíso profusamente regado, se ha atribuido a Nabucodonosor, rey de Babilonia.
A pesar de los grandes esfuerzos arqueológicos para localizar el sitio de los jardines, no hay rastro de ellos y jamás fueron encontrados.
Un equipo de Alemania pasó 19 años excavando los sitios más probables sólo para regresar con las manos vacías.
"Muy a su pesar, no pudieron encontrar una posible ubicación con suficiente espacio en los palacios, ni tampoco extraer ninguna confirmación por escrito de los muchos textos que desenterraron", escribió el investigador Stephanie Dalley.
En cambio, Dalley cree que los jardines pueden no estar situados en Babilonia en absoluto, sino que eran, de hecho, la creación de los asirios que los construyeron a más de 300 kilómetros de distancia en Nínive, que se encuentra hoy en el norte de Irak.
Dalley ha basado estas conclusiones en las nuevas traducciones inscripciones cuneiformes y pruebas de acueductos sofisticados y canales de la región.
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