Los también llamados "Pobres Caballeros de Cristo y el Templo de Salomón" fueron una orden que se estableció en los tiempos de las Cruzadas para proteger a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa bajo la constante amenaza de los enemigos musulmanes.
En 1120 Hugo de Payns y otros caballeros se comprometieron a desempeñar esa misión y Balduino II rey de Jerusalén les dio sede en la antigua zona del Templo del Rey Salomón.
Muchos reyes europeos les facilitaron apoyo económico y Bernardo de Gairvaux escribió sus normas en 1128.
La orden siguió creciendo e incluso el papa Inocencio II les concedió privilegios.
Los miembros hacían votos de obediencia, pobreza y castidad, practicaban el ayuno y la vigilia, y tenían devoción por la Virgen María.
Vivían en comunidad y les estaban prohibidos la embriaguez y los juegos de azar.
Eran hombres de guerra poco cultivados y sus deberes crecieron hasta hacerse cargo de la estrategia defensiva de los Estados de los cruzados en Tierra Santa.
Construyeron castillos y fortalezas y sorprendieron al sultán Saladino por su talento militar.
A mediados del siglo XII tomaron la forma de una orden jerarquizada en caballeros y sargentos, encabezada por un gran maestro cuyo cargo era vitalicio.
Acumularon enormes riquezas y propiedades en toda Europa, otorgadas por los reyes de las diversas naciones. Dedicados también al transporte de bienes en la zona de las Cruzadas, establecieron los antecedentes del sistema bancario.
A lo largo de su vida activa enfrentaron a muchos enemigos, como los caballeros hospitalarios.
En 1291, cuando los musulmanes fueron derrotados en la batalla de Acre, perdieron su razón de ser.
Su riqueza e importancia preocupaban a las autoridades y en 1307 el rey Felipe IV de Francia determinó la expropiación de sus bienes, los acusó de herejía y los persiguió hasta lograr que el papa Clemente V suprimiera la orden en 1312.
Jacques de Molay, el gran maestro, fue ejecutado en la hoguera. A partir de entonces comenzaron las leyendas y se les relacionó con la tradición del Santo Grial.
Se les ha involucrado en conspiraciones fantásticas, como la preservación del linaje de Jesucristo hasta el presente. Ninguna de estas tiene bases históricas.
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