lunes, agosto 20, 2012
Entre el poder y la fe
Entre poder y la fe existe una delgada línea, la cual, desde tiempos remotos ha sido rebasada de una u otra forma. Un ejemplo claro es el de los antiguos sacerdotes paganos a quienes la comunidad delegaba una fuerte autoridad sobre sus acciones.
Otro, el de las sociedades islámicas, cuya forma de vida se rige bajo la stiaria, el sistema de deberes que todo musulmán debe acatar. Ésta gobierna la gran mayoría de los aspectos en la vida de los creyentes. Desde lo religioso hasta lo sexual al interior del matrimonio, intercalando la fe de forma tangible.
Fundada por el profeta Mahoma en el año 622 fue rápidamente expandida por Medio Oriente gracias a tácticas militares. Tanto es el poder que ejerce que guerras y asesinatos se han cometido en su nombre por algunos grupos radicales, incluso actualmente.
Con alrededor de 1,500 millones de seguidores es la segunda religión más importante del mundo.
Otro ejemplo de la fuerza que puede llegar a tener la fe es la Iglesia católica, cuya historia de poder político y económico supranacional ha contado con un enorme impacto en la humanidad. Aunque su preeminencia menguó luego de la Ilustración, mantuvo cuotas importantes de poder gracias a su amplio número de seguidores.
Dentro de ella surgieron también grupos con enorme influencia económica y política, como las prelatura del OpusDei (1928) y los Legionarios de Cristo (1941). Incluso hoy día su dominio persiste, pues de acuerdo con la revista Forbes el papa Benedicto XVI es la quinta persona más poderosa del mundo; su influencia se extiende a una sexta parte de la humanidad, alrededor de 1,600 millones de seguidores.
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