No es ningún secreto que los seres humanos tenemos una fuerte dependencia hacia los dispositivos electrónicos.
Desde la invención de la computadora, las redes y los usos de la electricidad se han desarrollado en casi todo el planeta.
También es un hecho que la electricidad es sensible a la energía magnética. A medida que la Tierra entre a las partes fuertes del máximo solar del 2013, quedará susceptible a posibles tormentas geomagnéticas.
En 2007, la NASA lanzó los satélites THEMIS. El objetivo del programa espacial fue el estudio de la energía a partir de un entorno magnético de la Tierra.
Uno de los satélites THEMIS descubrió una brecha en el campo magnético de la Tierra. Este incumplimiento ha causado a la NASA entregar documentos que indican que durante el ciclo solar número 24 , la atmósfera podría experimentar una mayor intensidad de las tormentas geomagnéticas.
Las tormentas están asociadas con las erupciones solares y son generadas por una onda de choque de viento solar que golpea el campo magnético de la Tierra.
La presión del viento solar cambia las corrientes eléctricas en la ionosfera, causando una tormenta magnética de la Tierra.
Si experimentamos una gran cantidad de tormentas geomagnéticas en la atmósfera, entonces enormes niveles de radiación serán desplazados.
En la Tierra, la principal preocupación será el daño directo a las redes eléctricas del mundo, los satélites de comunicación y todos los aparatos eléctricos.
La población humana, tiene que empezar a considerar escenarios en los que grandes extensiones de tierra perderán el poder eléctrico por mucho tiempo.
Un punto de acceso potencial es el norte de Europa y Gran Bretaña, que al parecer tienen "frágiles" redes de energía.
La Academia Nacional de Ciencias ha publicado varias declaraciones sobre la situación. Una indica que el GPS de navegación, el transporte aéreo, servicios financieros y de comunicaciones de radio de emergencia podrían "ser noqueados por la actividad solar intensa."
El gobierno de EE.UU. ha dicho que "los planes de contingencia están en marcha para hacer frente a las consecuencias de una posible súper tormenta."
Esto incluye permitir que ciertos transformadores eléctricos sean apagados por un período de tiempo. El Registro Nacional de Riesgos en el Reino Unido tiene planes similares en el caso de un desastre eléctrico.
En 1989, una tormenta electromagnética interrumpió la energía en la mayor parte de Quebec Canadá y causó una aurora visual que fue vista tan al sur como Texas.
La peor tormenta solar registrada en la historia ocurrió en 1859 durante el ciclo solar 10. Durante la tormenta, las auroras se vieron en todo el mundo y los sistemas de telégrafo fallaron en toda Europa y América del Norte.
Al parecer, 18 horas antes del inicio de la tormenta, una llamarada solar masiva exploto y se enfilo hacia la Tierra.
Lo que se conoce como la fulguración de Carrington. Durante el máximo solar 1859.
En el año 2010, el Sol tuvo cuatro grandes eyecciones de masa coronal dirigidas hacia la Tierra. Las llamaradas solares poseen suficiente energía para causar auroras que se observa a simple vista.
Los científicos afirman que este tipo de acontecimientos puede ser de gran daño a la infraestructura eléctrica y las líneas telefónicas no protegidas adecuadamente contra la corriente magnético inducida.
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