viernes, septiembre 18, 2009
El lobo gris mexicano
El lobo gris mexicano, Canis lupus Baileyi, se distribuyó históricamente desde la frontera de México y los Estados Unidos, hasta el estado de Oaxaca; pese haber sido considerado un animal sagrado en tiempos prehispánicos, su cacería desmedida a inicios del siglo 20, acusado de transmitir la rabia, motivó su extinción en vida silvestre, condición que mantiene hasta el día de hoy.
Ejemplares de esta subespecie, la más pequeña y genéticamente diversa de lobo gris, podrían tener una oportunidad de reproducción en la Sierra Norte de Oaxaca, donde las comunidades han realizado importantes esfuerzos de preservación mediante la certificación internacional de manejo forestal, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado de prensa.
Esta iniciativa de largo plazo, cuya su viabilidad depende de varios factores como parte de las acciones de conservación que en materia de medio ambiente contempla el Plan de Manejo de la Zona Arqueológica de Monte Albán.
Lo anterior, a través del programa Corredor Arqueológico del Valle de Oaxaca (CAVO), mediante el cual se efectúa el registro histórico y análisis de la fauna silvestre del sitio.
Arqueológicamente, la presencia del lobo gris en esta área fue documentada en 2001 por la doctora Nelly Robles García, directora de la Zona Arqueológica de Monte Albán, y colaboradores. En ese año se llevó a cabo el rescate de una tumba prehispánica en la colonia Arbolada la Ilusión, colindante con el polígono de protección de monumentos arqueológicos.
Durante la excavación se localizó el cráneo maxilar inferior y el esqueleto de un ejemplar de fauna silvestre con características de mamífero, el cual fue enviado a la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, donde se realizaron los estudios requeridos y se determinó que se trató de un ejemplar de lobo gris mexicano.
"Este rescate arqueológico constituye un registro histórico notable de la presencia del lobo gris mexicano en el estado de Oaxaca, y el primero en la región de los Valle Centrales, por lo que resulta trascendental en la creación de proyectos para su recuperación en áreas de distribución histórica de Oaxaca, de manera particular en la Sierra Norte", consideró Manelik Olivera Martínez, médico veterinario zootecnista, adscrito al CAVO.
"En el contexto arqueológico se interpreta que este cánido fue utilizado en ofrendas dedicadas a modificaciones de templos, al parecer para eventos bélicos, por lo cual se le asocia con la guerra entre las culturas mesoamericanas".
Cabe citar que en 1945 también se localizaron restos (piel) de un lobo gris mexicano en Magdalena Tequisistlán, en el Istmo de Tehuantepec, y desde ese año no se había confirmado de nuevo la presencia de alguna evidencia histórica del lobo gris mexicano en Oaxaca.
El lobo gris mexicano es un carnívoro de pelaje color amarillo sucio con sombreados negros en los pelos del lomo y partes superiores de los flancos, las orejas son grandes, gruesas y con las puntas redondeadas. Con un peso entre 21 y 40 kilos, y altura de 65 a 80 centímetros, viven preferentemente en manadas y se comunican a larga distancia por medio de aullidos.
Esta especie, señaló Manelik Olivera, "puede tener una oportunidad de recuperación en esta región (Sierra Norte) de Oaxaca. Previamente deberán efectuarse estudios de evaluación de hábitat, cantidad de presas, densidad de caminos y percepción social de Las comunidades, sin embargo, valdría la pena esforzarse para ver nuevamente a este símbolo de la cultura mesoamericana en vida silvestre en montañas oaxaqueñas".
No se trata del único proyecto en la materia, cabría mencionar la pertinencia de la reproducción en cautiverio del lobo gris mexicano en las reservas "La Michilia", en Durango; o "La Mesa", Marín, Nuevo León; así como en algunos zoológicos del país (Chapultepec y Africam Safari), dentro del proyecto binacional México-Estados Unidos para su recuperación.
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