El británico Graham Stringer preguntó por los planes de contingencia en caso de que se produjera una gran tormenta solar. Stringer justifica sus temores a causa de un estudio de la NASA, sobre las posibles consecuencias dramáticas de una violenta erupción en el sol, que afectaria a las redes vitales de suministro de energía, alimentos y agua potable.
En su estudio, la NASA habla de las repercusiones sociales y económicas de una súper erupción solar y las posteriores tormentas geomagnéticas solares, que están investigando los astrometeorologos como se desarrollaran las mismas para el 2012 cuando el actual ciclo de manchas solares llegue a su punto máximo. El resultado puede sentarse: No hay casi ningún aspecto de nuestra vida cotidiana que no se vea afectado.
Según comenta Stringer los Estados deben de prepararse para que el impacto que podamos sufrir aquí en la Tierra sea lo más bajo posible.
Una gran tormenta solar sucedió en 1859, la aurora boreal fue vista en los cielos del sur de Florida. En 1989, las consecuencias de una fuerte tormenta solar registrada en Canadá, ocasionó que más de seis millones de personas durante un periodo mayor de nueve horas se quedaran sin electricidad.
A través de la amplia vinculación de los diferentes redes locales e internacionales de energía, los actuales sistemas energéticos se van a ver seriamente amenazados como nunca antes se ha visto, de acuerdo con el estudio realizado por la NASA. Una gran reacción en cadena a nivel internacional es muy probable.
La ESA también está de acuerdo con las conclusiones de los estudios realizados. En comparación con el “NewScientist” dijo el presidente del Programa de Clima Espacial de la ESA, Mike Hapgood, que el estudio de la NASA no exagera y que no es un alarmismo, al contrario y lamentablemente una realidad. Se deben de tomar por lo tanto consideraciones racionales y perfectamente equilibradas antes de que suceda.
Actualmente, muchos científicos se basan en el Explorador de Composición Avanzada (ACE) de la NASA como principal instrumento para diagnosticar los “principios de” tormentas solares. Con él son los Astrometeorólogos los que pueden calcular un tiempo estimado, dada nuestra disponibilidad tecnológica sólo dispondremos de entre 15 minutos a un máximo de 45 minutos para alertar a la población sobre la llegada de la tormenta geomagnética solar y tomar las medidas pertinentes para que los daños sean los menos posibles. El sistema de la ECA, según Hapgood, tiene ya once años de edad y debe ser - al contrario de todos los planes anteriores - sustituido con urgencia.
martes, marzo 31, 2009
Politico se interesa por megatormenta solar (2012)
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