Los agujeros blancos, son un fenómeno físico inverso a los agujeros negros espaciales, el cual hace que los objetos y energía escapen de su centro e impide que cualquier materia ingrese en él.
La existencia de esta región sólo es teórica; es decir, sólo ha sido probada mediante ecuaciones de la relatividad general.
La analogía más común que los científicos usan para explicar esta posible anomalía es un reloj de arena donde, por acción de la gravedad, las partículas son atraídas al orificio central y expulsadas del otro lado.
En 1971 el astrofísico inglés Robert Hjellming propuso que, si un agujero negro es un punto en el que la materia puede desaparecer del Universo debido a la gravedad extrema, entonces su forma inversa seria una particularidad en donde la energía y materia emanarían violentamente, de manera similar a la explosión del Big Bang o a un cuásar.
Por su parte, el físico inglés Roger Penrose ha señalado que el destino de la materia tragada por un agujero negro podría volver a emanar en un Universo diferente.
De igual modo, un agujero blanco es una respuesta matemática a la teoría del 'Universo espejo' hecha por el físico teórico alemán Albert Einstein quien especuló sobre la contraparte de los agujeros negros.
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