Los "Phubbers" son un fenómeno claramente moderno.
El término recientemente acuñado se refiere a aquellas personas que están tan pegadas a sus teléfonos inteligentes que no se dan cuenta de lo que está sucediendo a su alrededor, con consecuencias inevitables que van desde lo levemente irritante a lo catastrófico.
Los “Phubbers” se ha convertido en una parte tan omnipresente del mundo contemporáneo que un centro comercial chino ha tomado medidas e instalado un área especial de la acera dedicada por completo a estos zombis adictos a los teléfonos inteligentes.
El carril especial para teléfonos inteligentes se colocó en Yanta Roan, en Xi'an, y se instaló a petición de los propietarios del centro comercial. Al principio, parecía que el centro comercial simplemente deseaba obtener un poco de publicidad extra por sí mismo, pero las investigaciones han encontrado que en realidad es una precaución de seguridad vital.
En la acera, fuera del centro comercial, los autos a menudo se suben en la acera. Esto se ha convertido en un serio motivo de preocupación en los últimos años, ya que estos vehículos se han acercado mucho a los peatones que no se dan cuenta porque están tan absorbidos por sus teléfonos inteligentes que nada importa.
La instalación de la acera especial ha iluminado las redes sociales chinas. Algunos usuarios lo han visto como una precaución de seguridad razonable, pero otros han sido más críticos, ya que consideran que la medida permite a los adictos a los teléfonos inteligentes cuyo comportamiento a nivel masivo se ha comparado con la epidemia generalizada de opio de la dinastía Qing.
Críticas menos moralistas han señalado que es poco probable que los adictos a los teléfonos inteligentes dejen de chocar entre sí simplemente porque tienen una acera especial.
También existe la posibilidad de que no se den cuenta de que tienen una pasarela especial para teléfonos inteligentes dedicada a ellos. En 2014, las autoridades de la ciudad de Chongqing, en el sudoeste de China, crearon caminos similares con el objetivo de evitar colisiones desagradables entre zombis de teléfonos inteligentes y personas vulnerables como niños y ancianos.
Desafortunadamente, el plan fue declarado un fracaso ya que los borregos simplemente no notaron el carril y continuaron merodeando ciegamente por las vías principales.
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