En el siglo 21 la información es poder y resguardarla es un negocio lucrativo.
Dado que en esta época los datos digitalizados están expuestos a la intrusión de usuarios maliciosos, los gobiernos y empresas privadas han invertido millones de dólares en equipo y personal que garantice su seguridad.
Quizá ningún otro lugar en el mundo ejerza tanta curiosidad como el centro de datos construido especialmente para Google en el condado de Wasco, estado de Oregón, en Estados Unidos.
Dado que el motor de búsqueda de esta empresa es el más usado en el mundo, se requieren grandes bancos de servidores para mantenerlo en funcionamiento.
El llamado Centro de Datos de The Dalles costó alrededor de 600 millones de dólares y fue inaugurado en 2006.
Si bien no es un secreto lo que se encuentra en su interior, la seguridad del recinto es extrema.
Pero si de seguridad hablamos, consideremos el trabajo de la compañía Swiss Fort Knox su nombre deriva del fuerte que alberga las reservas de oro de Estados Unidos, la cual ha creado búnkeres y fuertes de alta seguridad en los Alpes Suizos (en los alrededores de Gstaad, en el cantón de Berna)
Dichos sitios están camuflados entre las montañas, vigilados las 24 horas con circuito cerrado y sensores de movimiento y su acceso es controlado mediante sensores biométricos.
Ahí las puertas de 3.5 toneladas y el diseño de los contenedores aseguran el interior ante cualquier ataque químico, nuclear o biológico; los servidores informáticos están al resguardo de cualquier interferencia electromagnética y son enfriados por un sistema que bombea aguas glaciar subterránea.
Si bien estos búnkeres fueron diseñados para servir al ejército suizo, algunos son alquilados a individuos y empresas.
La información más peculiar que resguardan es el 'genoma digital', es decir, instrucciones recopiladas para que las futuras generaciones puedan acceder a la información contenida en formatos digitales que lleguen a ser obsoletos, como los disquetes de tres pulgadas o en su momento las memorias USB.
Pero el megaproyecto de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos en el estado de Utah es quizá el más característico de todos.
Este gigantesco centro de espionaje tiene servidores con la capacidad de almacenar información recabada de miles de millones de correos electrónicos, mensajes en redes sociales y llamadas telefónicas de los ciudadanos estadounidenses, del orden de los yottabytes (102* bytes).
Con un costo de 2,000 millones de dólares, alberga un área de 2,300 m2 de servidores, enfriados por 6 millones de litros de agua diarios.
Y si hubiera una catástrofe en la que se vieran en riesgo de extinción inminente los cultivos del mundo, bastaría con acudir a un banco de semillas para recuperarlos.
La Cámara de Semillas de Svalbard, en la remota localidad de Spitsbergen, una isla del archipiélago Svalbard, en Noruega, es un ejemplo notable de supervivencia; ahí se encuentran especímenes de todo el mundo.
Está ubicada a 120 metros de profundidad, bajo una montaña de arenisca, y al estar en los limites del Círculo Polar Ártico es a prueba de intrusos.
Más urbanizado y de alguna manera reúne los usos y condiciones de los ejemplos anteriores, es el centro de datos Pionen, un recinto excavado en roca debajo del parque Vita Berg (‘montaña blanca’) en el distrito Sódermalm, Estocolmo, Suecia.
No sólo es conocido por ser uno de los más avanzados del mundo, también almacena desde 2010 los servidores de la organización Wikileaks, aquella que ha revelado cables diplomáticos confidenciales de varios países.
Cuando la controversia alcanzó las más altas esferas gubernamentales, la base de datos de Wikileaks fue boicoteada por empresas como Amazon y MasterCard, de modo que la organización la trasladó a Banhof, empresa de Internet sueca y dueña de Pionen.
Ubicado a 30 metros bajo lecho rocoso e infraestructura citadina, el acceso a las cámaras es por una puerta acorazada de medio metro de grosor.
Con capacidad de 1,200 m2, se dice que el interior es bastante acogedor; decorado con plantas tropicales, cascadas artificiales e iluminación intensa, cuenta con un generador eléctrico de submarino para usarse en casos de emergencia.
Además de todo, las leyes de aquel país protegen la información, bajo una norma que ampara el trabajo periodístico.
Así todos los documentos que contiene este sitio, y que pueden comprometer a centenares de políticos y empresarios en el mundo, está por el momento alejada de cualquiera que desee eliminarla.
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