Desarrollamos nuestros hábitos cuando somos muy jóvenes.
Cuando las acciones dan resultados favorables, repetimos ese comportamiento, a través de la repetición frecuente y el refuerzo, lo convertimos en condicionamiento, como los perros de Pavlov.
Ya sea que los hábitos sean buenos o malos es cuestión de opinión, pero definitivamente hay patrones que han demostrado proporcionar más salud, felicidad y prosperidad.
Muchos hábitos que erróneamente creemos que nos hacen felices están, de hecho, haciéndonos caer.
Vamos a empezar creando nuevos caminos, pero primero vamos a aprender cuatro hábitos que nos están haciendo infelices.
1.- Dejarte llevar por las cosas buenas
Es cierto que hay muchas cosas buenas. Puedes comenzar un hábito saludable con buenas intenciones, pero esas intenciones pronto se pueden reemplazar con comportamientos peligrosos obsesivos.
La obsesión sobre tu dieta o rutina de ejercicios puede provocar efectos muy negativos.
Está bien si faltas a una clase de ejercicio. Deja de sustituir los beneficios potenciales de los hábitos saludables con culpa, ansiedad, auto odio y juicio.
La felicidad es un acto de equilibrio e incluye el equilibrio de las cosas buenas. Como Oscar Wilde dijo una vez: "Todo con moderación, incluyendo la moderación"
2.- Aferrarse a las relaciones
Tus valores, moral e intereses son probablemente diferentes de lo que eran hace 10 años.
¿Has realizado cambios pertinentes para mantenerte al día con tus valores cambiantes? ¿Sigues tratando de ser la misma persona que eras cuando tenías 25, sales con la misma gente? ¿Es posible que tus rutinas ya no estén en línea con tus valores? ¿Te sirve esta relación?
Con quién andas tiene un gran impacto en la persona que eres y la persona en quien te vuelves.
Por ejemplo, si has desarrollado un interés en ser saludable en lugar de sentirte obligado a continuar con tu rutina habitual de alitas de pollo y cerveza en el pub, podrías considerar unirte a un grupo de corredores o un equipo deportivo.
Si ciertas relaciones son negativas o poco saludables, es posible que desees volver a alinearte a ti mismo.
Está bien admitir que has cambiado y que una relación puede no estar en línea con el lugar donde estás o quieres estar. No tengas miedo de salir y conocer gente nueva!
Se tu y no te disculpes por lo que eres o por cualquier cambio que hayas realizado.
3.- Resistencia al cambio
Luchamos al cambio como gladiadores. Pero no podemos evitar el cambio y aunque pensamos que estamos jugando a lo seguro por estar en un trabajo que es un callejón sin salida o un mal matrimonio, no lo estamos.
Tenemos que aceptar el cambio y las refrescantes oportunidades que tiene.
Algunas cosas se pueden cambiar y otras cosas simplemente no.
Para esas cosas que no puedes cambiar, elige aceptación, relaja la tensión , soltando la mandíbula apretada y reposando la energía y la fuerza de la mente.
Acepta las cosas que están fuera de tu control y cambia las cosas que están bajo tu control.
4.- Comprar cosas que creemos nos harán felices
Las personas felices rara vez mantienen desorden en casa, porque saben que las pertenencias extras pesan sobre ellos y hacen que se sientan abrumados y estresados.
Podrías pensar que el nuevo televisor de pantalla grande te hará más feliz.
Si bien puede proporcionar un subidón instantáneo, el estrés a largo plazo a partir de la deuda, el desorden y nunca tener suficiente creará ansiedad.
Cuando se busca la felicidad en los bienes materiales, nunca será cumplida, no importa lo que compres.
Así que empieza a recablear hábitos; cambia tus pensamientos, cambia tus conductas, haz espacio para los nuevos caminos y abre tu mente y vida a nuevas posibilidades y oportunidades.
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