La comezón aparece cuando un estimulo externo (el piquete de un mosquito, el roce de la ropa, del cabello o el polvo) activa una red de nervios en la piel ubicados entre la dermis y epidermis.
La comezón es un mecanismo de defensa que sirve para deshacerse de un cuerpo que irrita la piel.
Cuando las terminaciones nerviosas detectan la irritación, por mínima que sea envían la señal a la médula espinal, y ésta, a la corteza cerebral.
El cerebro emite la sensación de comezón y como respuesta, surge la necesidad de rascarse con las uñas justo en el lugar de la molestia.
La intención es hacerlo hasta alejar aquello que afecte a la piel.
El alivio viene después en ocasiones es temporal y el cerebro entonces interrumpe la señal de comezón para dejar de rascarse.
Debido a que el área de irritación usualmente es muy pequeña (mide micrómetros), las uñas alcanzan a rascar terminaciones nerviosas de otras partes de la piel. Esto causa dolor, el cual también calma la comezón.
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