En el año de 1953, dos hombres lograron convencer a su pueblo que estaban siendo invadidos por extraterrestres usando nada más que un mono, colorante verde y un soplete.
Su engaño fue tan convincente que incluso se las arreglaron para conseguir que la Fuerza Aérea de los EE.UU. se involucrara en el asunto. Todo esto lo hicieron por una apuesta.
En un bar de Atlanta, Georgia en 1953, dos jóvenes peluqueros hicieron una apuesta con su amigo, un carnicero.
La apuesta fue que alguno de ellos pudiera tener su nombre en la primera página del periódico local.
Se estrecharon las manos y los barberos se pusieron a trabajar.
Los hombres consiguieron el cadáver de un mono Rhesus, lo afeitaron, le retiraron la cola y lo tiñeron con colorante verde.
Cuando parecía lo suficientemente espeluznante, le crearon una pequeña herida con un soplete y lo tiraron en algún lugar de la ciudad.
El siguiente paso obvio era para llamar al sheriff y le comentaron que tuvieron un encuentro cercano con un OVNI y que en el viajaban un montón de marcianos.
Al verse amenazados le dispararon a la nave espacial y tras ello cayo muerto un “alienígena”
El sheriff estaba lo suficientemente asustado cuando vio a la criatura muerta. A las pocas horas de la publicación del periódico en la mañana siguiente, la oficina del sheriff fue bombardeada con llamadas telefónicas de otras personas que también habían visto a los marcianos.
Para los bromistas esto fue como el comienzo de una película de terror.
Las cosas se pusieron aún peor cuando un veterinario local examinó el cadáver, probablemente nunca había visto un mono antes, ya que proclamó que "no era de este mundo"
Los medios de comunicación nacionales acudieron en masa a la ciudad e incluso la Fuerza Aérea se mostro interesada, enviando a hombres propios para investigar.
No pasó mucho tiempo antes de que el mono fuera confiscado por profesionales del gobierno, que examinaron y señalaron que la única forma en que podría ser de Marte es si Marte estuviera poblado con monos.
Los hombres recibieron una pequeña multa que estaban dispuestos a pagar después del caos que causaron.
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