El término "síndrome del edificio enfermo" describe la situación en la que los ocupantes de un inmueble experimentan problemas de salud y e incomodidad pero sin que se identifique una enfermedad o causa específica.
Las quejas suelen venir de habitaciones o zonas en particular, o pueden ser generalizadas en todo el edificio.
Otro término, "enfermedad relacionada con edificio", se emplea cuando los síntomas de una enfermedad diagnosticaba son identificados y pueden ser atribuidos directamente a los contaminantes contenidos en el flujo de aire del edificio.
Para detectarlo, los ocupantes del edificio pueden quejarse de síntomas asociados a un malestar agudo, como dolores de cabeza, irritación de los ojos, nariz o garganta seca, tos, resequedad de la piel o picazón, mareos y náuseas; dificultad para concentrarse, fatiga o sensibilidad a los olores.
Aquí la causa de los síntomas es desconocida y se alivia poco después de salir del edificio.
Para la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos se debe tener en cuenta que las quejas pueden surgir por factores psicosociales, como el estrés relacionado con el trabajo o el descontento, u otras causas, como enfermedades contraídas fuera del edificio o sensibilidad aguda (por ejemplo alergias).
Sin embargo, se ha demostrado que los síntomas pueden aumentar por problemas en la calidad del aire que circula en el interior, de ahí la importancia de brindar un correcto mantenimiento preventivo periódico así como evitar materiales contaminantes en su construcción y reparación.
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