Desde mediados del siglo 20, Corea del Norte ha estado gobernada por un régimen totalitario de ideología comunista, encabezado por una dinastía de líderes emparentados entre sí desde el mandato de Kim II-Sung.
El fundamento del Estado y su legitimidad es la idea Juche, una suerte de religión centrada en el culto a la personalidad, la defensa del socialismo y un espíritu beligerante contra el principal enemigo, Corea del Sur, y contra el mundo occidental encabezado por Estados Unidos.
En los últimos años la supuesta posesión de armas nucleares y la amenaza de un ataque contra Estados Unidos y Corea del Sur han provocado una grave inquietud en la comunidad internacional.
Como todos los gobiernos totalitarios, el de Corea del Norte viola los derechos humanos de sus habitantes y algunos desertores han revelado que el régimen lleva a cabo diversos experimentos con seres humanos.
Los científicos encerraban a familias enteras en esos recintos sellados y liberaban gases venenosos por una tubería.
A través de un cristal presenciaban la agonía de todos los sujetos y la desesperación de los padres que trataban de resucitar a sus hijos mediante respiración boca a boca. "Era como si la victima estuviera en una botella. Cuando le aplicábamos el gas, se le formaba una especie de vapor en la piel y comenzaba a sentir comezón, luego tenían dificultad para respirar, comenzaba a gruñir y a gritar”, refiere Hyok.
Una serie de documentos que llegaron a manos de Kim Sang Hun, experto en el país y activista a favor de los derechos humanos, confirmaron la veracidad de los reportes.
De acuerdo con su testimonio, presenció un experimento en el que obligaron comer coliflores envenenadas a cincuenta mujeres; en los veinte minutos que siguieron todas murieron entre graves dolores y a consecuencia de hemorragias.
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