Esta piedra es uno de los objetos más venerados en el mundo musulmán, quienes le atribuyen orígenes mitológicos.
De acuerdo con esa tradición religiosa, Adán y Eva vieron caer esta roca del cielo, y el lugar que impactó fue utilizado como base para erigir el Kaaba, un templo cúbico que en la actualidad es el centro de la mezquita Masjid al Haram, en La Meca, capital de Arabia Saudita.
El objeto, de 30 cm de diámetro, fue hallado en 1772 y desde entonces han surgido teorías científicas contradictorias respecto a su verdadero origen, pues no se ha permitido extraerle muestras para analizarlas.
Por un lado, en 1974 el Departamento de Geología de la Universidad de Illinois, en EUA, estableció que se trata de ágata, una roca cristalina formada por un conjunto de micro cristales caracterizados por sus bandas o capas de difusión.
Pero seis años después el Instituto de Geología Histórica y Paleontología de la Universidad de Copenhague. en Dinamarca, negó lo anterior y sugirió que es producto de un
impacto de meteorito.
Esta última hipótesis, una de las más aceptadas, explica que posiblemente se trata de un fragmento de vidrio formado hace 300 años a partir de arena fundida con material meteorítico, y que se recolectó en los cráteres de la región desértica de Wabar, al oeste de La Meca.
Sin embargo, otras instituciones clasifican a la roca negra como un trozo cristalizado de lava volcánica o como un escombro basáltico.
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