La idea de que seamos descendientes de Marcianos se basa en varios hechos bien establecidos:
En primer lugar, en los primeros días de nuestro sistema solar, el clima en Marte y la Tierra fueron mucho más parecidos de lo que son ahora, por lo que la vida que se florecio en un planeta podría haber sobrevivido en el otro.
En segundo lugar, se estima que mil millones de toneladas de roca han viajado desde Marte a la Tierra, a causa de impactos de asteroides y se desplazaron por el espacio interplanetario antes de caer en la Tierra.
En tercer lugar, los microbios han demostrado que son capaces de sobrevivir el choque inicial de tal impacto, y hay cierta evidencia que podría sobrevivir miles de años de tránsito a través del espacio antes de llegar a otro planeta.
Así que los distintos pasos necesarios para que la vida hubiera comenzado en un planeta y se extendió a otro son plausibles.
Además, la dinámica orbital demuestra que es unas 100 veces más fácil para las rocas viajar desde Marte a la Tierra que a la inversa.
Así que si la vida empezó en Marte primero, los microbios podrían haber llegado aquí y todos podrían descendientes de Marcianos!.
¿Y bueno eso que?
Si somos descendientes de Marte, podría haber importantes lecciones que aprender acerca de nuestros propios orígenes biológicos mediante el estudio de la bioquímica en nuestro planeta vecino, donde sus huellas biológicas se borraron hace mucho tiempo aquí en la Tierra pero podrían haberse conservado en el congelador de Marte.
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