sábado, noviembre 20, 2010
Mujer americana en Europa en el año 1000 d.c.
Una mujer amerindia puso sus pies en Europa cinco siglos antes de que Colón pudiera devolverle la visita. Corría el año 1.000 y la mujer fue llevada a Islandia por los vikingos que ya exploraban la costa norteamericana.
No solo llegó hasta el viejo continente, sino que además tuvo hijas en él, quién sabe en qué circunstancias. El linaje ha llegado hasta nuestros días. Un equipo de investigadores, entre los que se encuentran varios españoles del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha constatado por primera vez esta presencia precolombina con una base genética en familias islandesas. Este impresionante trabajo aparece publicado en la revista American Journal of Physical Anthropology.
Varios restos arqueológicos y narraciones evidencian que los vikingos pisaron tierras americanas siglos antes de la llegada de Cristóbal Colón. El poblado vikingo descubierto en L’Anse aux Meadows, en Terranova, Canadá, y textos medievales islandeses como la «Saga de los groenlandeses» y la «Saga de Erick el Rojo escritas en el siglo XIII, apuntan a que estos incansables exploradores comenzaron a llegar a la costa norteamericana a partir del siglo X. Pero nunca hasta ahora se había encontrado una clave genética de la relación física entre islandeses y amerindios, un hecho científico incontestable.
Linaje mitocondrial
El linaje encontrado, denominado C1e, es además mitocondrial, lo que significa que estos genes fueron introducidos en Islandia por una mujer.«Dado que tienen la misma secuencia y que es de tipo amerindio, lo lógico es pensar que estas cuatro antepasadas, a su vez, derivan de una única antepasada común», explica el investigador del CSIC Carles Lalueza Fox, del Instituto de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra. Como la isla quedó prácticamente aislada desde el siglo X, «la hipótesis más factible es que estos genes correspondiesen a una mujer amerindia que fue llevada desde América por los vikingos cerca del año 1000», señala Lalueza Fox.
Desde esa primera mujer han pasado unas 40 generaciones, y en todas nació, al menos, una niña. «Esa mujer tuvo hijas y ese linaje femenino no se ha interrumpido hasta la actualidad. En caso contrario, el ADN mitocondrial no hubiera llegado hasta ahora», apunta el investigador.
visto en abc.es
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