Científicos marinos documentaron animales de las profundidades y más de 10 posibles nuevas especies abisales como parte de una nueva campaña de estudio en el Océano Atlántico.
Durante seis semanas de trabajo, los investigadores del proyecto MAR-ECO observaron y capturaron a los que podrían ser los más cercanos eslabones perdidos entre los animales vertebrados e invertebrados.
Inclusive, los especialistas pudieron ver un gran número de especies que, hasta ahora, eran consideradas raras, explican en un comunicado de prensa.
Los estudios se enfocaron en dos áreas entre las frías aguas al norte del Golfo Stream y las cálidas aguas al sur, explicó Monty Priede, director del Laboratorio Oceánico, de la Universidad de Aberdeen.
"Estábamos sorprendidos de cuán diferentes animales viven en cada lado de la zona que está a sólo 10 millas de distancia", señaló Pride en el documento.
Los acantilados del oeste y el este lucen muy similares, pero al noreste, dominaban los erizos de mar en las llanuras y en los acantilados se aprecia una colorida riqueza de esponjas, corales y otras formas de vida, explicó el especialista.
"Al noroeste, los acantilados parecían desnudos y grises con mucha menor vida, pero en las planicies apreciamos gran cantidad de gusanos bellota, de los cuales sólo algunos especímenes habían sido documentados en el Océano Pacífico", reportó.
Dichos gusanos son miembros de un pequeño grupo de animales cercanos al eslabón perdido en la evolución entre los vertebrados e invertebrados.
"No tienen ojos, ni órganos obvios de sentidos o cerebro, pero poseen una cabeza, cola y un cuerpo primitivo. Uno de ellos fue observado mostrando un nado rudimentario", añade Priede.
Al final de la expedición, tres diferentes especies fueron descubiertas, cada una de ellas de diferente color: rosa, púrpura y blanco y con diferentes formas. Los ejemplares fueron capturados para futuras investigaciones.
Gusanos de mar, que normalmente son vistos moviéndose de forma lenta en el suelo abisal, fueron encontrados también en esta región, pero sorprendió a los especialistas los rápidos movimientos que mostraron.
"Esta expedición ha revolucionado la forma en que pensamos sobre la vida del mar profundo en el Océano Atlántico. Esto nos muestra que no podemos estudiar la vida marina en una zona e ignorar la vasta riqueza animal que vive en otras regiones", añadió Priede.
El trabajo, que forma parte del Censo de Vida Marina, busca comprender la distribución y ecología de animales a lo largo del Atlántico entre Islandia y Azores.
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