Unos microbios han conseguido sobrevivir 553 días en las extremas condiciones del exterior de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés), el complejo que orbita la Tierra a unos 360 kilómetros de altura. Estas resistentes bacterias, conocidas como OU-20 y semejantes a las Gloeocapsas, se esconden en unas rocas que fueron recogidas de los acantilados de la pequeña localidad de Devon, en Inglaterra.
En el espacio, han resistido lo imposible: durísimos cambios de temperatura, la exposición a rayos cósmicos y a la luz ultravioleta, y, por supuesto, la falta de oxígeno. Las esporas bacterianas ya habían demostrado ser capaces de sobrevivir durante años en el espacio, pero ésta es la primera vez que durante un tiempo tan prolongado lo consigue una cianobacteria, una bacteria que realiza la fotosíntesis.
Las bacterias resistentes son semejantes a las Gloeocapsas
Según explica el responsable del experimento, Charles Cockell, profesor del Instituto de Investigación de Ciencias Espaciales y Planetarias de la Open University (OU), las bacterias pudieron sobrevivir gracias a que formaron una colonia multicelular que protegió a las células del interior, a que disponen de una gruesa pared celular y a que, posiblemente, tienen buenos procesos de reparación del ADN. La especie está relacionada con las bacterias que sobreviven en la Antártida y en los desiertos.
El experimento pretende averiguar si las bacterias pueden ser útiles a los astronautas en las futuras exploraciones del Sistema Solar, según informan los medios británicos. Por ejemplo, pueden servir en el reciclaje de sistemas de soporte vital o ser utilizados para extraer minerales de las rocas en la Luna o Marte.
El éxito de supervivencia de estas bacterias, que ya han sido traídas a la Tierra y actualmente están siendo estudiadas en laboratorio, refuerza la hipótesis de que microbios transportados en meteoros o asteroides podrían haber dispersado la vida en distintos planetas.
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