En 1938, una expedición arqueológica dirigida por el Dr. Chi Pu Tei, en en las inaccesibles montañas de Bayan Kara Ula, en China, hizo un asombroso descubrimiento en unas cuevas que al parecer habían sido ocupadas por alguna cultura antigua. Enterrado en el polvo de los siglos en el suelo de la cueva había cientos de discos de piedra. Midiendo cerca de nueve pulgadas de diámetro, cada uno tenía un corte circular en el centro y fue grabada con un surco en espiral, lo que todos interpretaban como un fonógrafo antiguo de alrededor de 10.000 a 12.000 años de antigüedad. El surco en espiral, que resulta, en realidad está compuesto de pequeños jeroglíficos que cuentan la increíble historia de naves espaciales de un mundo lejano que se estrellaron en las montañas. Las naves fueron dirigidas por personas que se llamaban a sí mismos los Dropa, y los restos de sus descendientes, posiblemente, fueron encontrados en la cueva.
miércoles, mayo 12, 2010
Las piedras Dropa
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