sábado, mayo 22, 2010
Invade derrame de petroleo a costas de Luisiana
Las costas de la desembocadura del río Mississippi, principalmente el estado de Luisiana, encaraban hoy los efectos del derrame petrolero en el Golfo de México, lo que sería el peor desastre natural de la historia estadounidense.
La Agencia Marítima estadounidense NOAA afirmó hoy que cerca de 80 kilómetros de playas y zonas costeras de Luisiana están manchadas de petróleo, el doble de ayer cuando llegaron las primeras oleadas.
"Este es sólo el principio", exclama con rabia Lana Downing, una habitante de Luisiana de 69 años que tiene una residencia secundaria en Grand Isle, mientras observa la playa manchada de petróleo. "Ayer llegó el primer impacto, fue una pequeña cantidad.
A un mes de iniciar el derrame, las costas sólo se habían moteado con el preludio de la amenaza, pero ahora una capa de color chocolate con burbujas anaranjadas y un olor fétido empezó a teñir las cañas y pasturas de los humedales de Luisiana, que albergan una rica variedad de vida silvestre.
"Esto es desolador. No puedo creerlo'', dijo Emily Guidry Schnatzel, de la Federación Nacional de la Vida Silvestre, quien examinaba la devastación.
Con cada día que pasa crece la indignación. Las autoridades estatales y locales se quejan de que el Gobierno federal no hace lo suficiente. El Presidente Barack Obama culpa a la Agencia que supervisa las perforaciones en el lecho marino. Los republicanos sostienen que la Guardia Costera y el Gobierno debieron haber hecho más.
El jefe de operaciones de British Petroleum (BP), Doug Suttles, intentó disipar la furia creciente del Gobierno estadounidense, los residentes de la zona y los legisladores, que consideran que no se ha hecho lo suficiente para detener el vertido.
"Pusimos todo en esto", declaró Suttles a la cadena de televisión ABC, alegando que la empresa gastó alrededor de 700 millones de dólares en la limpieza. "Emprendimos la más amplia respuesta jamás emprendida en el mundo. Pusimos a trabajar en esto a 20 mil personas", agregó.
Unas veinte personas armadas de palas recuperaban el líquido viscoso y lo metían en grandes bolsas blancas. En la cercanía, el centro de coordinación de BP empezaba a tomar personal para limpiar las playas por diez dólares por hora.
La administración estadounidense le impuso al gigante petrolero británico un plazo estricto para culminar las operaciones de limpieza.
Debaten cantidad de petróleo vertida
Gota a gota, día a día, el petróleo que se derrama en el Golfo de México aumenta hasta alcanzar cifras difíciles de representar.
Los peores cálculos indican que un mes de derrame podría llenar tantos envases de leche de galón (3.7 litros) como para extenderse por más de 18 mil 184 kilómetros, una distancia mayor a la de ida y vuelta entre Nueva Yo k y Buenos Aires. La cantidad es un poco menor a 492 millones de litros.
Si se usan los cálculos optimistas del Gobierno, se han derramado sólo 19.87 millones de litros (5.25 millones de galones) una distancia que cubriría poco más que un viaje de ida y vuelta entre Nueva York y Washington. Pero el Gobierno revisa esa cifra, con un equipo de científicos que trabajan a marchas forzadas para obtener una cantidad más realista y posiblemente mayor.
Podemos pensar de otra forma cómo el petróleo se ha derramado desde el 20 de abril: en el peor de los casos sería suficiente como para rellenar con petróleo 102 gimnasios escolares hasta el tope.
Esto no es nada en comparación con la gran extensión del Golfo de México donde hay miles de millones de litros de agua. Incluso en el peor de los casos el Golfo tiene 5 mil millones de gotas de agua por cada gota de petróleo y el río Mississippi derrama 12.49 millones de litros de agua pura al Golfo de México por segundo.
En el caso más optimista, un poco más de cuatro gimnasios estarían llenos de crudo, según la forma en la que la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica visualiza los volúmenes del derrame en uno de sus sitios de internet.
En el peor de los casos la cantidad de petróleo que ya se ha derramado es unas 10 veces más que la del desastre del buque cisterna Exxon Valdez y en el mejor sólo es la mitad. De modo que en cualquier caso el derrame est en algún punto medio.
Sea como sea, la cifra ya es demasiado grande para las zonas delicadas del ecosistema del golfo, dijo Darryl Felder, biólogo en la Universidad de Luisiana en Lafayette.
"Gran parte está difuminada en las aguas profundas'', dijo Felder, que coordina la creación de una vasta enciclopedia sobre el Golfo de México.
"Es como si estuviera bajo la alfombra. No se puede ver en la superficie, así que no lo tenemos presente, está fuera de nuestra mente. Pero no está fuera de la mente de muchos biólogos que están preocupados sobre sus efectos a largo plazo''.
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