Un grupo de científicos, preocupados por el futuro del planeta y por el cambio climático global, ha propuesto un proyecto de geoingeniería absolutamente increíble. Se trata de bloquear parte de las radiaciones solares mediante erupciones volcánicas controladas. Esta verdadera locura, en caso de ser posible, sería una estrategia de lucha contra el cambio climático cien veces más barata que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los científicos David Keith, de la Universidad de Calgary en Canadá; Edward Parsons, de la Universidad de Michigan: y Granger Morgan, de la Carnegie Mellon University, han escrito un artículo para la revista Nature en el que piden a los gobiernos que establezcan un fondo multimillonario para la investigación de técnicas que permitan utilizar los volcanes como un medio para inyectar partículas en la atmósfera, capaces de bloquear parte de la luz solar que llega a la Tierra.
Pasó en Filipinas «La idea de manipular deliberadamente el equilibrio energético de la Tierra para compensar los cambios climáticos introducidos por el hombre es vista por muchos como una peligrosa arrogancia», dice el artículo. «Muchos científicos han argumentado en contra de la investigación sobre la gestión de la radiación solar, diciendo que el desarrollo de la tecnología necesaria para realizar tales tareas podría reducir la voluntad política de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Nosotros creemos que los riesgos de no efectuar estas investigaciones son mayores que los riesgos de hacerlo», continúa. Los científicos creen que el coste de modificar la cantidad de radiación solar que llega a la superficie de la tierra es unas 100 veces menor al precio que deberíamos pagar para poder reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para lograr el mismo efecto. Además, argumentan, en el esquema de la reducción de emisiones se corre el riesgo de que algunos países no acaten las medidas y dificulten la concreción de una reducción efectiva.
¿Que es lo que tienen en mente? Utilizar los volcanes como una forma «natural» de llenar la parte superior de la atmósfera de partículas de azufre. Está comprobado que este tipo de acción disminuye efectivamente la temperatura del planeta. Cuando se produjo la erupción del Monte Pinatubo, en Filipinas (1991), la temperatura global descendió unos 0,5 grados centígrados en menos de un año. Es decir, el sistema funciona.
Pero a pesar de esta experiencia, es probable que muchos consideren completamente inaceptable la inyección de este tipo de sustancias en la atmósfera, ya que, en el caso poco probable de que podamos utilizar los volcanes a nuestro antojo, podrían provocarse efectos colaterales como terremotos o tsunamis y causar extraños cambios en la atmósfera.
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