martes, febrero 16, 2010
Método ecológico para generar electricidad a partir del gas natural
Un nuevo tipo de central eléctrica alimentada con gas natural, propuesta por investigadores del MIT, podría proporcionar electricidad sin emisión alguna de dióxido de carbono a la atmósfera, y con costos iguales o menores que los de las centrales convencionales alimentadas por gas natural, e incluso que los de las alimentadas con carbón.
Thomas Adams y Paul I. Barton proponen un sistema que usa células de combustible de óxido sólido que pueden producir energía eléctrica a partir del combustible sin quemarlo. El sistema no requeriría ninguna nueva tecnología, sino que combinaría en una nueva configuración componentes existentes o que ya están en una fase madura de desarrollo.
El sistema también tendría la ventaja de consumir gas natural, una fuente de combustible relativamente abundante. Con las reservas globales conocidas se espera que el gas natural dure aproximadamente 60 años, si se mantiene el ritmo de consumo actual.
El sistema, por tanto, no se enfrentaría a una escasez inmediata de combustible y además es más respetuoso con el medio ambiente que el carbón o el petróleo.
Las actuales centrales eléctricas que consumen gas natural producen un promedio de media tonelada de dióxido de carbono por cada megavatio/hora de electricidad producida, y de la mitad a un tercio de las emisiones de las centrales eléctricas alimentadas con carbón, dependiendo del tipo de éste.
El gas natural ya aporta el 22 por ciento de toda la producción de electricidad en Estados Unidos y es probable que el porcentaje suba en los próximos años.
Un sistema que pueda producir electricidad a partir del gas natural a un precio competitivo y sin emitir gases de efecto invernadero podría ser una alternativa atractiva a las centrales eléctricas convencionales que utilizan combustibles fósiles.
El sistema propuesto por Adams y Barton no emitiría al aire dióxido de carbono u otros gases culpables del calentamiento global, sino que produciría un flujo de dióxido de carbono fundamentalmente puro y que podría ser absorbido y almacenado bajo tierra con relativa facilidad, un proceso conocido como captura y secuestro del carbono.
Una ventaja adicional del sistema propuesto es que, a diferencia de las centrales eléctricas convencionales de gas natural con captura y secuestro del carbono, que consumirían cantidades significativas de agua, en el sistema basado en las células de combustible se produce agua limpia que podría ser fácilmente tratada para proporcionar agua potable.
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