La búsqueda de vida en otros mundos fuera del sistema solar no sólo consiste en la escucha de transmisiones de radio procedentes de estrellas cercanas en las que podrían haberse desarrollado civilizaciones inteligentes, sino también en la búsqueda de planetas similares al nuestro en zonas habitables situadas en torno a estrellas cercanas. Esto último no deja de ser también una manera de afinar más la búsqueda anterior y centrarla en mundos en donde las posibilidades son mayores.
Margaret Turnbull, astrónoma de la Institución Carnegie en Washington, han desarrollado una amplia investigación para averiguar qué estrellas cercanas podrían contar con zonas de habitabilidad en las que sea posible el surgimiento de vida primitiva o avanzada. Turnbull y sus colaboradores presentaron su lista en el congreso anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, en febrero de 2006.
Existen cinco estrellas candidatas para efectuar una búsqueda hay señales de radio que puedan revelar la presencia de civilizaciones inteligentes -trabajo permanentemente desarrollado por el SETI- así como otros seis astros candidatos ideales para buscar planetas similares a la Tierra.
Si bien durante la pasada década los astrónomos han encontrado evidencias importantes de decenas de planetas situados en torno a estrellas, la mayor parte de los cuerpos localizados corresponden a gigantes gaseosos próximos a la estrella parental, los cuales son totalmente inadecuados para el surgimiento de la vida tal y como la conocemos. Los científicos creen que deben existir cuerpos rocosos más pequeños, similares a la Tierra, pero su detección es actualmente muy difícil,con lo cual es necesario esperar hasta el desarrollo de observatorios espaciales que sean capaces de localizarlos.
El criterio empleado por Turnbull se basa en las propias características de las estrellas:
1.- Su edad: debe ser al menos de 3000 millones de años, lo suficiente para que se forme vida compleja en sus planetas. Las estrellas variables quedan prácticamente descartadas y también aquellos astros como una masa 1.5 veces superior a la masa solar, pues no suelen vivir el tiempo suficiente como para producir zonas habitables.
2.- La metalicidad de la estrella también es un factor determinante: las estrellas y sus planetas se forman a partir de la misma nube parental de gas y polvo; si no existe suficiente metal de hierro en la atmósfera estelar de una estrella, se considera que la nebulosa de la que se formó ésta y sus planetas no contenía suficientes metales pesados para que se formasen mundos terrestres. Las estrellas candidatas debían de contar con al menos un 50% del hierro de que posee el Sol. Por otra parte, hay que considerar que aquellas estrellas con altos contenidos en metal tienden a residir en órbitas relativamente más "tranquilas" en el plano galáctico, hecho favorable.
3.- Se seleccionaron además aquellos estrellas que se encuentran en la secuencia principal, descartando las enanas blancas o gigantes rojas.
En conjunto, los criterios para seleccionar las estrellas más apropiadas son "heliocéntricos", es decir, los astros seleccionados son relativamente similares al Sol: cuerpos luminosos y de larga vida, los más apropiados para el surgimiento de la vida similar a la que conocemos.
A continuación se detallan los cuerpos candidatos seleccionados en el estudio de Turnbull y sus colaboradores:
- La estrella candidata más importante es Beta CVn, un grupo similar al Sol situado a 26 años-luz de la Tierra en la constelación de Canes Venatici. Aunque los astrónomos han estado buscando planetas en torno a esta estrella, hasta la fecha no se ha encontrado ninguno. 
Imagen: Beta CVn (Chara), la estrella candidata más importante, a 26 años luz.
HD 10307 es otro análogo solar situado a 42 años-luz de nuestro planeta. Tiene prácticamente la misma masa, temperatura y metalicidad que el Sol, contando además con otra estrella compañera benigna.
- HD 211415 presenta la mitad del contenido en metales que el Sol y es un cuerpo un poco más frío, situado algo más lejos que HD 10307.
- 18 Sco es otro análogo solar muy popular en el que se ha propuesto la búsqueda de planetas. Situada en la constelación del Escorpión, se trata de un cuerpo prácticamente gemelo al Sol.
- 51 Pegasus es una estrella ya famosa, pues en 1995 un equipo de astrónomos suizos informó del descubrimiento del primer planeta extrasolar en torno a la misma (un gigante gaseoso), hallazgo que fue confirmado posteriormente por otro equipo americano. Los científicos creen que esta estrella podría también albergar planetas terrestres. 
Imagen: la estrella tau Ceti, una de las estrellas candidatas.
Además de las estrellas anteriormente mencionadas, Turnbull ha propuesto otros cuerpos estelares con la suficiente luminosidad como para contener una zona habitable, pero ligeramente más oscuros y apropiados para poder obtener imágenes que muestren posibles planetas terrestres. Los mejores candidatos han sido estrellas de tipo espectral K, intrínsecamente más débiles que el Sol:
- Epsilon Eridani: una estrella algo más pequeña y fría que el Sol, localizada a 10.5 años-luz en la constelación de Eridano.
- Omicron 2 Eridani: un astro amarillo-anaranjado a 16 años-luz, con aproximadamente la misma edad del Sol.
- Alpha Centauri B: parte del sistema estelar más próximo al Sol, a sólo 4.35 años-luz de distancia. Durante mucho tiempo se ha considerado uno de los lugares en la Via Láctea que puede contar con planetas que presenten condiciones análogas a las de la Tierra. Alpha Centauri B es parte de un sistema estelar triple.
- Tau Ceti: a diferencia de los candidatos en este grupo, Tau Ceti es una estrella de tipo G, con la misma categoría de brillo que el Sol. Aunque su metalicidad es menor en comparación con la de nuestra estrella, este cuerpo existe desde hace el suficiente tiempo como para permitir la aparición de la vida en sus hipotéticos planetas.
Según Turnbull, buscar estrellas que puedan presentar mundos candidatos para la vida es una tarea difícil, ya que existen incertidumbres acerca de tales cuerpos. El ejercicio, no obstante, es válido y los criterios de selección aplicados han coincidido con varias estrellas que ya eran candidatas previamente y que se encuentran en el "punto focal" de los astrónomos.
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