El monstruo, un antecesor de las aves rapaces del tamaño de un pavo, saltaba desde la rama de un árbol y se acercaba a su presa por la espalda, posiblemente un pequeño dinosaurio o un ave. En un instante, se abalanzaba sobre ella, las fauces clavadas alrededor del cuello de la sorprendida víctima. Y aquí viene lo más increíble: los dientes incrustados en la carne inoculaban un potente veneno.
La presa entraba rápidamente en estado de shock, pero, todavía viva, podía ver atolondrada cómo estaba siendo devorada por su verdugo. Este terrible depredador, denominado Sinornithosaurio, vivió hace 128 millones de años en China. Es el primer miembro del linaje de las aves modernas venenoso como una serpiente. Los científicos nunca habían visto nada semejante.
El especimen era un depredador nato
«Es un ave venenosa se mire por donde se mire», afirma el paleontólogo Larry Martin, profesor de la Universidad de Kansas y autor, junto a científicos chinos, del estudio sobre el animal, que aparece publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) . El descubrimiento «fue una auténtica sorpresa para nosotros y creemos que causará un gran impacto», asegura.
En estado de shock
El Sinornithosaurio (que significa pájaro lagarto chino), es un pariente cercano del Velociraptor y del Microraptor, un ave con cuatro alas. Vivía en los bosques prehistóricos del noreste de China, repletos de animales como otras aves primitivas y dinosaurios, un ecosistema realmente rico y exótico donde nuestro protagonista podía encontrar gran variedad de alimento, especialmente piezas pequeñas.
La ilustración muestra la cavidad de la mandibula del Sinornithosaurus, donde los investigadores suponen que podría haber estado la glándula venenosa. También se encontró un canal conductor desde la cavidad a los conductos cerca de los dientes.
Su veneno actuaba muy rápido. Cuando mordía a sus presas, éstas entraban en estado de shock, lo que reducía la posibilidad de que se defendieran o emprendieran la huida. Sin embargo, las víctimas se daban cuenta de su fatal destino, porque no morían enseguida. Podían ver cómo sus miembros eran despedazados hasta que se les escapaba su último suspiro. La muerte era cruenta.
Los restos fosilizados de la cabeza del Sinornithosaurus muestra el maxilar superior e inferior del dinosaurio dentado. La depresión en la mandibula superior, es donde los investigadores suponen que se alojaba la glándula venenosa.
Los investigadores han encontrado en la cara del animal unas depresiones especiales en las que podría haber albergado las glándulas venenosas. Éstas estaban conectadas por una larga depresión lateral a una serie de largos y acanalados dientes en la mandíbula superior. Este sistema, que parece hecho para cazar pájaros, es similar al que tienen las serpientes modernas, por lo que ambas especies también podrían estar emparentadas
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