Nuevos datos enviados por la misión Phoenix, que exploró Marte en mayo de 2008, confirma que el planeta guarda una capa de hielo a 5 o 18 centímetros de la superficie del Polo Norte.
Peter H. Smith, principal investigador de la misión, reportó en la más reciente edición de la revista Science que análisis del hielo, así como la interacción con el vapor de agua en la atmósfera y la superficie, provee evidencia de que el agua modificó físicamente la superficie en el pasado.
"El suelo fue alcalino y absorbe vapor de agua en la noche. Está compuesto por sales y minerales acuosos, lo que requirió de la presencia de agua", explica en el artículo "Tapping the Icy Polar Cap of Mars".
La misión, lanzada a principios de agosto de 2007, reveló, durante su trabajo en el Planeta Rojo, marcas o patrones en el suelo de alrededor de tres a 10 metros de tamaño.
"Las formas fueron creadas cuando la superficie se contrajo y el hielo se fracturó.
Las grietas se llenaron de arena formando los patrones encontrados", explicó Smith en un comunicado.
Ayuda robótica
Con el brazo robótico en Phoenix, los especialistas obtuvieron información de secciones de materia expuesta de la subsuperficie, revelando la abundante presencia de hielo a sólo unas pulgadas de distancia.
"Tratamos de ir más abajo, hasta ocho pulgadas y nunca encontramos hielo en la parte inferior. No pudimos cavar más debido a que el brazo robótico se dañó", añadió en el artículo.
"Queríamos saber el origen del hielo. Si pudo ser el remanente de una gran capa de huelo polar que se fragmentó; si fue un océano congelado o si fue una pequeña bola de hielo"
"La teoría más cercana es que se trata de vapor de agua de la atmósfera que es absorbida por la superficie y se congela a un nivel donde la temperatura es ideal".
Sin embargo, una de las mayores sorpresas que se llevaron los investigadores fue el descubrimiento de perclorato.
"La presencia de perclorato no había sido predicha en este sitio y nadie lo tenía en su lista de químicos. Encontramos una muy alta concentración de éste, mucho más que sales de sodio, que esperábamos hallar", reporta Smith.
"Por ser un óxido de cloro, tiene propiedades muy interesantes, incluyendo una fuerte afinidad con el agua. De hecho, en la Tierra es utilizado por los microbios como una fuente rica de energía".
Durante su misión en Marte, Phoenix trabajó en la temporada de verano a invierno, dando a los especialistas una vista, sin precedentes, del cambio meteorológico del planeta, que incluyó hielo y nieve.
"La presencia de hielo había sido predicha, pero encontrar nieve fue una agradable sorpresa. En verano hay mucho polvo en la atmósfera y conforme se acercaba el otoño se conformaron nubes de hielo a unos 4 kilómetros por encima de la superficie".
Para este trabajo, Smith trabajó con 35 especialistas de seis países para analizar los datos enviados a Tierra por Phoenix.
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