Los socios mexicanos del GTC son la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE).
Ambas instituciones han participado, al igual que la Universidad de Florida, Estados Unidos, en la misma proporción, en el 5 por ciento de los gastos y en la construcción de varias piezas del GTC, que ha contado con un presupuesto total de 104 millones de euros.
A cambio, México podrá disponer del 5 por ciento del tiempo de observación anual en el GTC, según el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
La colaboración entre ambos países, que se inició con la firma de varios acuerdos en 2001, se extiende además a la creación de varios de los instrumentos con que estará dotado el telescopio.
El primero en instalarse y el único en funcionamiento por ahora, Osiris, es de factura hispano-mexicana.
Homenaje a la pintora Frida Kahlo
Y ahora, el Instituto de Astronomía de la UNAM y el INAOE construyen "Frida", el cuarto instrumento que se instalará en el GTC, en 2010, y que se servirá de la novedosa óptica "adaptativa" para observar el cosmos sin que le molesten las turbulencias atmosféricas.
"México aporta su experiencia y conocimiento en la fabricación de elementos ópticos", subrayó el director del GTC, Pedro Álvarez, quien añadió que el país también ha colaborado en la construcción de una cámara de verificación.
El trabajo con la comunidad científica mexicana, que ya existía de tiempo atrás, incluye el interés español por el Gran Telescopio Milimétrico que México construye actualmente en Puebla, precisa Álvarez.
Los astrónomos españoles podrán utilizar este radiotelescopio, "el mayor del mundo en su rango de frecuencia", con "una antena de 50 metros de diámetro" que tiene una sensibilidad que permite "observar desde México regiones del Universo oscurecidas por el polvo interestelar", según el IAC.
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