La NASA busca el mejor lugar para establecer una base. Ayer partieron dos sondas. Una hará un mapeo y la otra buscará rastros de agua.
La agencia espacial estadounidense, la NASA, dio ayer un paso importante para que se alcance el sueño de vivir en la Luna. Lanzó dos sondas no tripuladas -a bordo de un cohete desde la base de Cabo Cañaveral, en el estado de Florida- con la idea de obtener más detalles sobre el satélite natural de la Tierra.
El lanzamiento se produjo un mes antes de que se cumplan 40 años del aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Un logro que hasta el momento sólo alcanzaron astronautas estadounidenses. Otros lugares, como la ex Unión Soviética, la Unión Europea, Japón, y la India, mandaron hasta ahora sondas no tripuladas.
La última vez que los estadounidenses pisaron la superficie lunar fue el 14 de diciembre de 1972. Hace cinco años, el ex presidente George W. Bush anunció su plan de volver a poner un astronauta allí en 2020, y la NASA empezó a construir una especie de "puesto" en los polos lunares.
Pero Estados Unidos tiene nuevos competidores. China también quiere explorar el satélite y aterrizar con astronautas para la misma fecha. Y, como si fuera poco, la India (que ya lanzó exitosamente una misión no tripulada en octubre pasado) cuenta con la esperanza de llegar con astronautas.
"La vuelta a la Luna volvió a ser una cuestión de prestigio", dijo a Clarín Marcos Machado, director científico de la agencia espacial argentina, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). "La Nasa abandonó las misiones tripuladas porque le resultaban caras en su momento, pero antes le habían aportado un mejor posicionamiento simbólico durante la Guerra Fría contra la ex Unión Soviética, en los años sesenta", agregó.
Ahora, la agencia de los Estados Unidos está reiniciando la vuelta, con el objetivo de testear tecnologías y explorar técnicas que permitan reducir el riesgo y posibiliten misiones futuras a Marte y otros lugares del Sistema Solar. Aunque el nuevo presidente Barack Obama aún no ha dado señales muy firmes de que quiera mantener el plan como fue previsto por su antecesor.
El senador demócrata Bill Nelson, quien realizó un vuelo a bordo de un transbordador espacial, dijo el miércoles que el presupuesto para el programa original no es suficiente. Ayer, por supuesto, los funcionarios de la NASA estuvieron concentrados en el lanzamiento de las dos sondas: una orbitará la Luna en cuatro días y proporcionará un mapa tridimensional de la superficie, que servirá detectar posibles sitios de alunizaje. La otra sonda soltará la parte superior de un cohete en un cráter oscuro en el polo sur lunar. Ese satélite medirá la materia que se desprenda, enviará datos a la Tierra y luego se estrellará también en la superficie. El objetivo es determinar si allí hay agua. ¿Habrá?
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