Un hombre haitiano afirma haber sido envenenado y enterrado vivo, sólo para ser exhumado poco después, drogado y obligado a trabajar en una plantación de azúcar con otras victimas como el.
Gran parte de su historia ha sido respaldada por un psiquiatra, dos médicos y un etnobotánico de Harvard.
La religión afro-caribeña del vudú, incluye muchas historias sobre el control de la mente y cuerpo, posesión de espíritus y estados zombis.
La palabra "zombi" es un derivado de la palabra creole haitiana "Zonbi"
Mientras que muchos no creyentes rechazan estas historias como literatura supersticiosa, un investigador de origen canadiense pudo haber encontrado una explicación a un caso prominente de zombis en Haití .
Clairvius Narcisse es un haitiano pobre que cayo gravemente enfermo en 1962.
Sus síntomas incluían fiebre, dificultad para respirar y la sensación de insectos arrastrándose bajo su piel.
Fue llevado a un hospital algo alejado de su casa. Mientras estuvo allí, fue visto y tratado por dos médicos (uno era un norteamericano y el otro había estudiado en los Estados Unidos).
Después de algún tiempo, la enfermedad empeoro y Clairvius Narcisse fue declarado muerto.
Fue enterrado poco después, pero Clairvius Narcisse dice que nunca estuvo realmente muerto.
La historia que Clairvius Narcisse conto fue que se despertó en su ataúd. Él cree que fue envenenado o estuvo bajo un hechizo.
La noche siguiente del entierro, fue exhumado por un Bokor o vudú chamán, y llevado a un lugar desconocido.
Se le dio una especie de brebaje que lo puso en un trance zombi.
La sustancia lo dejó muy perceptible a la sugestión, y dice que se vio obligado a trabajar en una plantación de azúcar, día y noche.
Cada día, le daban el mismo brebaje igual que a otros en la granja para mantenerlos obedientes.
En algún momento, logro huir de su prisión y Narcisse pasó los siguientes 18 años vagando y mendigando en las calles.
En 1981, llegó a su pueblo natal y todavía reconocía a su hermana después de 20 años.
Al parecer, ella lo reconoció a el también, porque cuando lo vio, gritó y lloro.
Él la convenció de que era realmente él por un apodo que sólo conocía la familia.
Un psiquiatra fue llevado para cuestionar a Narcisse sobre su historia. Narcisse fue capaz de responder correctamente a todas sus preguntas sobre la base de la información que le había dado a la familia.
Muchos de los habitantes del pueblo estuvieron de acuerdo y comentaron que reconocían a Narcisse desde que antes que “muriera” hace 20 años.
Los medios de comunicación se enteraron de la historia y muchos medios de noticias destacadas en los EE.UU. fueron enviados a cubrir la noticia.
Además de los medios de comunicación, un investigador de Harvard tuvo especial curiosidad en el caso.
Wade Davis es un etnobotánico (que estudia las formas en que se usan las plantas) .
Davis afirma que Narcisse y otros pueden haber estado bajo la influencia de uno o más medicamentos para mantenerlos en su estado de sedación.
Según Davis, una neurotoxina llamada tetrodotoxina o TTX es responsable por el estado similar a la muerte en el que Clairvius Narcisse se encontraba antes de su entierro.
Las personas que ingieren esta toxina a menudo entran en estado catatónico, con muy pocas señales de vida y, a veces se confunden con muertos.
La toxina está disponible a través de un sapo que es originario de Haití.
Clairvius Narcisse piensa que su hermano podría haberle deslizado la toxina antes de que él se enfermara.
Si bien un régimen diario de una toxina paralizante no suena como una forma eficaz para llevar a cabo en una plantación, Davis ha sostenido que otro medicamento, el estramonio, puede haber sido incluido en el brebaje dado a los trabajadores de las plantaciones.
El Estramonio prevalece en gran parte del continente americano y , cuando se usa en dosis reguladas , pueden producir delirio, sugestionabilidad y amnesia.
Dosis más altas pueden causar alucinaciones. Davis afirma haber estado presente durante la realización de estas pociones y está convencido de que son el motor que impulsó extraña historia de Narcisse.
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