Arqueólogos han desenterrado en México antiguos cráneos y esqueletos en una excavación cerca del pueblo de Onavas, Sonora.
Los esqueletos se estiman tienen alrededor de 1.000 años de antigüedad.
Uno de los cráneos tiene forma de cono de desfiguración craneal. Los cráneos de algunos de los otros esqueletos también muestran signos de deformación craneal intencional y malformaciones dentales.
Los arqueólogos dicen que las cabezas humanas fueron atadas con soportes de madera con el fin de alterar su forma.
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